Bar La Cantina

Nos atendió Sebastiana, la dueña, todo fue muy agradable. La comida muy rica y las vistas son espectaculares.
¡Recomiendo!

Muy buen sitio donde comer !!! Todo buenísimo muchas gracias por la buena atencion y encima estaba muy bueno y rápido , paramos despues de una ruta con los coches y sin duda si hacemos otra sera el punto de parada para comer saludos!!

Un sitio en un lugar estratégico por las vistas y su terraza frente a la presa. Precios muy caros para un servicio muy mejorable. Una pena la verdad.

Viendo los comentarios me dio algo de reparo pero me decidir a parar, y lo que me he dado cuenta es que la gente es un poco sibarita y señoritinga, que si hay que esperar que ni se os ocurra parar por aqui que tal que cual,Vamos a ver,es una bar pequeñito con una señora que en ese momento lleva la parte de fuera cocina y atiende ,a mas de uno lo quisiera ver trabajando en un bar , que son muy exquisito y exigente, vas a hacer una ruta sin prisas al campo y si tienes prisa madrileña (o de otro lado)te quedas en la ciudad, si no ,disfruta de la vistas y te tomas unas cervecita. Con este repaso entendible para uno ofensivo para otros , os comento, el sitio esta bien yo me tome 4 cervezas y un plato de huevo chorizo y patatas por 16€ nada mal para el turismo que tiene tiene buenas vistas al pantano y da el solecito en la terraza que en invierno va muy bien, si no eres un señor Gourmet ni uno que se toma el te con el meñique hacia arriba es tu sitio si no vete a un meson y paga 60€ por comensal y así tendrás derecho a exigir lo que pagas.

Sitio totalmente recomendable para Antea y después del caminito del Rey. Tanto por la amabilidad de la dueña, tranquilidad del entorno y sobre todo, las albóndigas con salsa de almendras, hechas caseras por ella.

Menú escueto, pero con la comida de gran calidad y sabor. Una venta de las que ya no quedan y el precio muy bueno.

Está en un sitio estratégico para tomar algo después de volver del Camino del Rey o pasear por el pantano.
El plato estrella es albóndigas en salsa de almendras, pero hemos de decir que las albóndigas tienen más pan rallado que carne.
Y luego la chica que atiende las mesas es bastante borde y mal educada con los clientes. Algo qué dista mucho del trato que debe dispensar a quien va a comer allí.

Es un sitio que nos gustaba mucho, se comía estupendamente allí, y el sitio es precioso por el entorno y las vistas, pero últimamente cada vez que pasamos esta cerrado. Espero que solo sea mala suerte o vacaciones de verano. Y no hayan cerrado permanentemente 🙄