CA LA MATI

Lo encontramos de casualidad pedimos unos bocadillos para llevar que estaban riquísimos, hasta pan de chapata. Atención inmejorable, pedimos uno mojitos durante la espera y todos los hicieron con fruta natural, brutal, muy recomendable.

Caro y regulero. Lleno de moscas. El tapeo... pfff. Y la tortilla de patatas o era congelada o las patatas harinosas.
Camina un poco hasta la parte alta del pueblo, enfrente del colegio tienes un bar donde son bien majos, no hay moscas, todo es más bueno y barato. Mucho más barato. Total 37€ por una sangría, un pincho de tortilla de mala calidad, una escalivada, un bocata de longaniza y un cortado con hielo... Agárrate bien los pantalones si te quedas ahí a comer algo.

Me he llevado una sorpresa al leer las reseñas ya que solemos ir allí todos los días unos u otros miembros de nuestra familia y no estamos para nada de acuerdo con lo que hemos leído. Es un lugar en un rincón muy bonito alojado en el lateral de la ermita de Santa Ana, a la entrada del pueblo. Tiene la sombra de sus parasoles y la calidez de las paredes de la ermita, que le confieren una estancia muy agradable. La carta, con bastante variedad y con sus precios a la vista, ha cubierto nuestras necesidades ampliamente todos estos días. Hay varias personas que atienden el servicio con simpatía y amabilidad.

Buen sitio para comer. Tapas y bocadillos muy buenos. Calidad/Precio bueno. La atención muy amable, incluso cuando estaban a punto de cerrar.
A las 16:00 cierran.

Yo por mi experiencia en beceite debo decir que no me ha ido mal en este sitio el unico que a las 11 de la mañana mi hizo una tostadas con mermelada todos los demás ni flores se ve que trabajan poco y ganan mucho, hemos probado por la noche e igual de lo mismo atencion del 10

Llegamos y nos tuvieron esperando 15 minutos, mientras los dos camareros iban agobiados con 3/4 mesas con cafés y evitando el contacto ocular. Cuando les hicimos ver si nos tomaban nota nos dijeron que cuando pudiesen de no muy buenas maneras. A los 5 minutos llega una mujer con sus dos hijos y va directa a la barra a pedir, siendo atendida inmediatamente. Cuando vamos nosotros nos indican que solo atienden en mesa. Volvemos a la mesa y al poco rato pasa uno de los camareros (el más joven), parece que va a nuestra mesa, se detiene delante y finalmente se desplaza a otra mesa que acaban de llegar. Ante esto le llamamos con insistencia sorprendidos. Finalmente se da la vuelta y viene. Le comentamos que nosotros estábamos delante, que llevamos bastante rato esperando. Se nos queda mirando sin inmutarse y se da la vuelta sin mediar palabra. Indignados nos levantamos y nos fuimos.
Nunca nos había pasado algo así. Entiendo que es un negocio familiar con camareros con experiencia nula y pocas habilidades pero deberían plantearse si quieren un bar mínimamente profesional y de acuerdo a sus altos precios.

No se por donde empezar..Los camareros bien,atentos y rápidos.
Pero la que creo es la dueña,no tiene educación con los clientes.
Hay que cuidar a los turistas,ya sé,que os damos trabajo,y vida al pueblo.
Si un cliente quiere hielo,no le digas que sólo toca a uno por cabeza,que están agotados en España..
Le doy una estrella?porque menos no se puede.
Ánimo,que ya mismo se acaba agosto y ya descansarás.

Personal atento. La comida estaba muy buena, el bocadillo de longaniza y lomo espectacular. El ambiente con la música clásica española es un puntazo. Baño limpio. Sitio muy acogedor. Recomendado 100% :)