Bar Oker

Lo primero el camarero. Las ganas que tenía de servir eran de -8. Me puso unos pintxos y tuve que pedirle yo dos platos para poder comer. Tuve que pedirle los cubiertos, me puso unos solo, cuando estaba viendo que éramos dos porque le pedí dos platos.
Tienen un toldo con una barra de hierro a una altura ridícula, me dí un golpe del que se me calló uno de los platos (porque ellos no sirven en la terraza) y al volver a pedir el pintxo nos lo volvió a cobrar. Se dió otro chico el mismo golpe a los 10 minutos. El camarero al comentárselo se reía y decía que era algo normal (completamente sin sentido).
Las croquetas malas y frías por 7 euros.
Se llevó el premio al sitio en el que peor comí en Bilbao y no precisamente barato.

Bien ubicado, en el puerto y las tapas buenas y el precio también. Atención buena

Si vais a pedir os aviso que los precios que aparecen en la carta no son los que cobran realmente. Cuando les pedí explicaciones por una copa de sangría (carta 3,80, realidad 6€) me dicen que la copa que me pusieron al pedir lo de la carta era mayor entonces cobraban más. Todo esto sin avisar ni nada, por lo que te ponen lo que les parece, y mucha gente (turistas extranjeros) seguramente ni se den cuenta. Tampoco se ofrecieron a devolver la diferencia ni nada. No recomiendo venir aquí.

Variedad de pintxos, aunque no los mejores, pero el camarero que nos atendió tenía pocas ganas de atender. La cerveza te la ponen con mucha de espuma y si podes que te la quiten te vacían la mitad del vaso.

Salimos encantados del lugar por la limpieza, la distancia entre mesas y el orden en general, algo importantisimo hoy en día.
La comida perfecta, la atención y ayuda del camarero para elegir también de elogiar y los precios asequibles y en linea con la calidad, mas bien barato

Buen lugar para tomar unos buenos pinchos y descansar. Personal amable. No atienden en mesa. Para los niños tiene justo enfrente tiene un parque con bastantes bancos para sentarse y parque infantil para niños.

Comimos muy rápido, ya que los pinchos estaban hechos y en la barra para irlo eligiendo todo mientras lo servían. Nosotros mismos fuimos quien lo llevamos todo a la mesa que vimos libre y después de comer, se encargan de limpiarla para que pueda ser usada por otras personas que lleguen. Todo lo que elegimos estaba muy bueno y el precio era el esperado. La ubicación es ideal, ya que está junto a otros bares en una plaza con un parque y cerca del puerto, así que hay buen ambiente y es muy cómodo ir allí a comer mientras se visita la zona. El único inconveniente que vi fue el aseo, ya que era muy pequeño, no había espacio para apoyar el bolso o lo que sea y el suelo no estaba muy limpio.

Buena terraza frente al parque infantil y variedad de pintxos.