Bar El Toloño

Paramos de paso por Vitoria en un hacen y nos recomendaron parar a comer aquí, lo cual fue sin duda un grandísimo acierto. La comida estaba espectacular, con muy buenas recomendaciones por parte de los camareros. Nos sorprendió especialmente la burrada y las croquetas de la comida, y del postre sin duda la tarta de manzana.

Siempre es un acierto venir al Toloño. Se come bien el local es de toda la vida pero está reformado y muy chulo. La comida de 10. Gran variedad de Pintxos. El entorno no pasa indiferente es precioso. Muy buena terraza

Cocina maravillosa!

Fuimos a comer un domingo temprano y tuvimos que esperar un poco porque la cocina del restaurante abre a la 1:30 (comprensible), aunque en la zona de bar todos estaban tomando pintxos y refrescos o cerveza.

Nos atendieron muy bien, la camarera era encantadora, muy simpática y atenta. Nos aconsejó qué pedir y nos explico detalladamente los platos haciendo mención a los premios obtenidos.

Todo estaba delicioso. Pedimos 3 pintxos y un plato para 2 personas, a cada cuál mejor.

El Toloño es genial para tomar unos pintxos. Dentro o fuera, todo perfecto. Si tienes sitio, mejor fuera, y si hace buen tiempo, mejor que mejor. Lo más recomendable es tomar pintxos o comer en el restaurante. Las raciones no tienen mucho sentido por el precio, tienen un precio elevado para ser raciones. Mejor tomar pintxos. Siempre, pedir zuritos y vinos de año. La relación calidad precio es mejor que pedir una cerveza grande. Sitio muy agradable y recomendable. Divertido!

Lugar ideal tanto en calidad como en precio. Todos los pinchos buenísimos, el servicio espectacular ( camarer@s y dueña con una predisposición de 10 desde el principio). Limpieza , distribución dentro del local e idoneidad de aseos.
Totalmente recomendable.

Buen lugar céntrico e imprescindible para a tomar algo y degustar alguna de sus muchas tapas. Tiene terraza exterior amplia y zona interior, así como la barra es muy escasa y justa. Las tapas tienen un precio variable según el producto y la calidad y manejo de la materia prima es buena. Los tortellini rellenos de foie ciertamente muy ricos. Los baños no son accesibles, el personal es agradable y atento. Obviamente has de llegar andando y merece la pena echar una palada al estómago.

Los pinxos están buenísimos pero la atención deja que desear, se ve que no llegan a todo, practicamente hay que rogar que te atiendan, te ven pero siguen haciendo otras cosas o hablando con clientes amigos, además que se confunden en el pinxo que ge sirven. El local es bastante ruidoso, una lástima porque lo demás está genial, igual con más personal esto estaría resuelto.

Buen sitio para ir a comer unas tapas en pleno centro y tomar algo, de los sitios donde hay más ambiente! Había como dos zonas, la de la terraza donde había mucha gente y el ruido no era problema y dentro, donde la gente era muy muy silenciosa.. si te quieres divertir sin límites te recomiendo esta fuera.. eché de menos más variedad de pintxos