Bar El Encuentro

DE VERGÜENZA! Después de no tener ni roscas ni tigres por el fin de semana (es martes y de las tres cosas que pedimos no tenían dos) tampoco tienen datáfono para pagar. Dicen que está puesto el cartel en la puerta del bar, pero si te sientas en la terraza no se ve, porque es pequeño, está detrás de columnas y está descolorido. La solución que nos dan es ir a las 11 de la noche a un cajero para pagar 16€ porque tampoco nos dejan hacer bizum.

Es una vergüenza que no dejen pasar en fiestas a una niña pequeña al lavabo. Después de haber consumido mas de 80€ en bebida. Siempre que he venido hemos tenido problemas y no somos los primeros ni últimos que se quejarán , una vergüenza, ojalá se cierren este lugar a parte de ser caro y no aceptar tarjeta para defraudar…

Si hubiera leído las reseñas no me habría sentado a cenar.
La plaza es un buen sitio.El bar por dentro desordenado y deprimente.
La cocina con aspecto sucio.
El cartel de pagar con tarjeta mínimo 10 euros camuflado en la puerta de entrada al local.
El dueño maleducado,trata con poco respeto al cliente y sus trabajadores.
La camarera de la barra tampoco tiene mucha formación.
A este señor le recomiendo que se forme en atención y trato al cliente.Parece que va sobrado pero todo llega.
De la carta hay poca cosa.Como no!!!!Es él el que cocina.
Ande,fórmese en respeto y baje un poquito los humos.

Bar de pueblo en plaza céntrica. Tomemos unos cortados y una crema catalana. Atención normal.

Un asco de lugar, además que espere 40min la comida pedí unas alitas y unos calamares y estaban en mal estado olían muy mal. El dueño un grosero no sabe tratar con las personas y así como es su trato es su comida un asco. Las empleadas muy liadas no tienen la culpa de ser solo 2 para 40 mesas pobrecitas que tienen que soportar a una sabandija que aparte les paga muy mal

Una estrella y porque no se puede menos. Esta mañana acudimos a reservar una mesa para 9 personas y nos indica que no es posible ni aun dejando una señal.
La sorpresa nos las llevamos cuando esta tarde pasamos y vemos que una de las mesas tiene el cartel de reservado.
Lo más gracioso es que quien nos atiende es el dueño, pues muy bien señor siga tratando así a sus clientes , que por suerte hay otros muchos locales con ganas de trabajar y ganar clientes.

Muy tranquilo. Camareros muy educados y terracita al sol muy chula. Muy cercano a la catedral de Justo Gallego

Lamentable trato por parte de la camarera, con comentarios fuera de lugar y que no venían a cuento. Un cliente descontento y mal atendido no vuelve. Y eso es lo que haré.