OZONEGYM SANTIAGO

Llevo 8 meses en este gimnasio, y tras diferentes tiempos en otros 4 gimnasios de Santiago me quedo con este sin duda! La atención es de 10, siempre pendientes de ti y son como una gran familia! Da gusto ir al gimnasio así!

Cada día que pasa mejoran, siempre pensando en aumentar suplementación, máquinas y material!

Los entrenamientos personales más que recomendables, te cambian la forma de ver el deporte en tu vida!

Se está súper a gusto. Han puesto más máquinas y no suele estar lleno de gente. Además los entrenadores están pendientes para corregirte si necesitas ayuda y son muy majos. Lo recomendaría al 100%💪🏻

Gimnasio muy acogedor y con unos monitores muy profesionales🙌💪

Recientemente he ido a probar este gimnasio en la zona de Santa Marta. Ozonegym es un local moderno que, pese al reducido tamaño de sus instalaciones, cuenta con diversas máquinas para llevar a cabo una buena rutina de musculación, ejercicio aeróbico o ejercicios funcionales. La luminosidad de un local cuya fachada se orienta a la calle, la buena distribución de las estancias, el cuidado de las máquinas, así como la higiene imperante en toda la superficie son puntos a destacar. El trato de cualquiera de los dos monitores es exquisito, denotando formación, profesionalidad y sobretodo vocación por la atención al público. Cuenta además con un tarifario apto para todos los bolsillos y una amplia oferta de actividades tutoradas.

Gimnasio acogedor y familiar. Monitores profesionales, simpáticos y atentos, siempre pendientes de ti para ayudarte a mejorar. Instalaciones nuevas y buenas.
Relación calidad precio de 10. Muy recomendable

Una pasada!!! Maquinas de 10, monitores excelentes y un ambiente inmejorable. Recomendadísimo!!!

Gimnasio familiar y acogedor. Maquinas suficientes para mantener y mejorar la forma. Instalaciones limpias y muy buen trato.

Me asustaba empezar en un gimnasio porque en una experiencia pasada (en otro sitio) me hice daño al usar mal una máquina y el monitor de turno solo estaba ahí para lucirse. Aquí noto todo lo contrario. Incluso cuando están en clase, noto que están pendientes de mí, corrigiéndome malas posturas y explicándome todo el rato por qué hago cada ejercicio y no solo cómo. Me transmiten mucha confianza y le estoy perdiendo el miedo a entrenar. Incluso le estoy cogiendo el gusto.