La hospitalidad es uno de los baluartes de este señorial piso en el que nunca faltará la comida o la bebida (a destacar la oferta de whisky con marcado sabor a ceniza de incendio veraniego). Amplia mesa camilla, perfecta para acoger a los restos de aquellos que se levantaron a las 7 de la mañana con la esperanza de que rondar la treintena no sería hándicap a resistir ese silencio veneno llamado somnolencia, agravado por beber tapado con una manta hasta el cuello mientras una estufa te besa los pies. Terraza apta para fumadores y para promesas de volver algún día con mejor tiempo, con la salvedad de béticos diagnosticados con alergia al rojiblanco. Bajo el lema de su anfitrión "No prometo nada" deja volar tu imaginación intentando adivinar que se esconde en cada puerta de ese interminable pasillo, mientras recuerdas el alquiler que pagas por un cuarto similar a la jaula de un hámster
Totalmente recomendado para idear excusas que sirvan para evitar ir al gimnasio. 5/5.
Terraza apta para fumadores y para promesas de volver algún día con mejor tiempo, con la salvedad de béticos diagnosticados con alergia al rojiblanco.
Bajo el lema de su anfitrión "No prometo nada" deja volar tu imaginación intentando adivinar que se esconde en cada puerta de ese interminable pasillo, mientras recuerdas el alquiler que pagas por un cuarto similar a la jaula de un hámster
Totalmente recomendado para idear excusas que sirvan para evitar ir al gimnasio. 5/5.