Albergue Parroquial Casa Rectoral

He tenido el privilegio de ser hospitalero voluntario en este maravilloso albergue, en el que en su día me acogieron como peregrino. En pocos sitios del camino encontrarás un ambiente tan peregrino, mágico y tradicional como aquí. Todo donativo es poco para un lugar tan especial. Si tienes la oportunidad quédate aquí, no te dejará indiferente. ¡Buen Camino!

Albergue de acogida y asistencia al petegrino, tradicional sin ánimo de lucro. Emociona alojarse.
Tiene todo lo necesario en la peregrinación.
Cena común, amistad, hermandad y muy buena onda.
Mi agradecimiento inmenso por ese momento en mi memoria para siempre. GRACIAS

Albergue con hospitaleros voluntarios que te hacen estar como en familia cuidándote espectacularmente.
Gran cena comunitaria en la que todos los peregrinos podemos colaborar y después una puesta de sol impresionante!
Muchas gracias!!

Está entre los mejores albergues del camino francés. Los hospitaleras/os cambian cada 15 días, pues son voluntarios, pero el espíritu del albergue se transmite y permanece.

Encantado con el trato recibido, desde que llegué ayer hasta la partida de hoy. Atendido por el matrimonio de Alfaro (La Rioja). Duchas separadas de hombres y mujeres y todo muy limpio. Por la tarde, en el jardín de relax, tomando una consumición con el matrimonio y los peregrinos, por la noche, cena todos reunidos, con un momento de reflexión interior y por la mañana desayuno completo. Sólamente se colabora con donativos para sus gastos. Gracias Ignacio y Sra. por vuestra atención

Gracias Charo, José Ignacio, sois el alma de un hospitalero. Gracias por una noche tan llena de energía humana. Sitios así son los que contribuyen a que el Camino sea tan especial.

Es un albergue de peregrinos clásico, de los de antes. Donde se realiza la acogida del peregrino con voluntarios, se vive el auténtico espíritu del camino. El compartir la mesa, las vivencia y la colaboración.

Buenas instalaciones, ubicadas en un antigua casa Castellana.

Todo un lujo pernoctar aquí. Ma que aconsejable.

Auténtico albergue parroquial atendido por peregrinos. La construcción de adobe es un encanto de apreciar desde el momento que se cruza el umbral. Las duchas y baños son modernos, amplios y muy limpios. Apreciar el atardecer desde el patio es un momento único. La cena y el desayuno son donativos.