Apartamentos Turísticos Econatur

Estuvimos hace unos años cuando era el Albergue, y nos apetecía repetir ahora que los niños son más mayores. Nuestra sorpresa fue que ahora son apartamentos turísticos. La estancia ha sido perfecta, está todo nuevo, pero con el encanto de siempre. La información, el apartamento súper completo. ¡¡¡¡Volveremos!!!!

Es un albergue rural y, bajo mi punto de vista, muy correcto. Desayunos y cenas normales pero el precio se ajusta a ello. Calidad humana inmejorable e instalaciones sencillas pero agradables. Recordemos que estamos en un albergue. María la mejor relaciones públicas: se conoce el entorno al dedillo. Nene pues amabilidad. Y su hija una artista de las mermeladas. Un beso para los tres.

La relación calidad precio es inmejorable y aunque algunos digan que desayunos o cenas son cortitas, hay que pensar en la calidad de lo que ofrecen por ese módico precio, todo está muy pulcro y natural y el entorno es precioso. María y Benedicto son dos seres entrañables que llevan toda la vida luchando por este proyecto y que jamás estafarán a nadie, lo que tienen te lo dan. Aquí sólo escucharas silencio, quietud y a lo mejor verás más estrellas de las que soñaste. Las mermeladas de Alba (su hija) son punto y aparte.

Las instalaciones están un poco anticuadas. Camas muy pequeñas. El entorno sí que es magnífico. En el albergue la comida no es demasiado buena. El desayuno, aparte del café con o sin leche, se completa con pan y bollería industrial. Lo único natural es la mermelada. La cena es poco atractiva. Positivo es que cuentan con wifi, billar americano y mesa de juegos de mesa, que puedes usar hasta las 12 de la noche. A partir de esa hora silencio. Solamente si el albergue lo tiene cogido totalmente tu grupo, te abren una pequeña salita donde puedes continuar la charla o los juegos de mesa .

Como albergue rural y económico, su relación calidad - precio es excelente. Si gustas de este tipo de establecimientos, sencillos y de trato exquisito, este sitio es valor seguro. No es un hotel, no hay lujos, no es una casa rural con encanto, pero se está de maravilla.

Un ambiente muy familiar y trato estupendo de Benedicto y María , matrimonio que lleva la casa, la cena y el desayuno estupendo, entorno tranquilo, vistas preciosas. Estuvimos como en casa. Recomendable 100%.

Hemos estado del 17-20 agosto, muy bien, muy atentos y nos han ayudado mucho, la única pega es que estan demasiado encima de los clientes a veces incluso demasiado.

La hija es encantadora y hace muy buenas mermeladas,

El albergue es pequeño y por precio esta bien. En mi opinión deberían cobrar algo mas y servir desayunos y cenas mas abundantes.