Mario (Santiago de Compostela)

Me gustaba hasta cierto punto pero mi equivocación quizás fue ir un lunes , pedí un eclair de chocolate, que no son baratos y no era fresco. Desde entonces se me quitaron las ganas de volver. No me dá confianza que vendan dulces pasados.

Las mejores tartas, bizcochos y demás dulces que vas a probar en Santiago, la atención es excelente, el local es impecable y moderno, cumplen con la normativa COVID y los precios se ajustan a la calidad de los productos.

Lugar estupendo para comer bollería, dulces, galletas, café y mucho más. Atención esmerada. Difícil estacionar vehículo.

Fui yo solo a desayunar, como suelo ir cada 2/3 semanas los sábados. Esta vez fui solo, pantalón corto, sandalias y una camiseta deportiva. Me senté al lado de la puerta, no quería ocupar una mesa de 4 ya que era yo solo. Tardaron 10min de reloj en atenderme, aún habiendo 3 personas. Me preguntaron gritando que quería, un café con leche. Al rato pedí una palmera y a los 5 min de pedirla mientras estaba desayunando tan tranquilamente me viene la señora con mascarilla que me cobra ya que tiene mucha gente. ME QUEDÉ ANODADO AL VER QUE SOLO ME COBRÓ A MÍ. Falta de profesionalidad y una despota. Asco y vergüenza tener a alguien así solo por juzgar las apariencias.

Otro lugar en el que desayuné por casualidad y me encantó. Una pastelería con cafetería con una buena variedad.

La atención familiar, lo mejor. Un grupo de chicas trabajadoras y super atentas, donde se disfruta de maravilla el café de las mañanas.

Somos clientes habituales de esta pastelería . Nunca habíamos tenía problema con el producto pero hoy, el pastel que compramos siempre ( hojaldre con crema pastelera y chocolate) estaba reseso no, lo siguiente.

Todos los miércoles desayuno allí y si puedo también me tomo la cañita de final del día. Las chicas son un encanto y las delicias que tienen …riquísimas !!! Seguir así !!!