Recolectados Selectos. Tienda Setas Sirlache

Se trata de una tienda de productos selectos, setas, jamones, legumbres, conservas, vinos, etc pero lo descubrí en una fiesta local y habían sacado una barra a la calle para servir cervecitas y gambas por cajas, lo cual me hizo mucha gracia, la verdad (desconozco si esto se debió a la fiesta o es práctica habitual). En cualquier caso vale la pena entrar a echar un vistazo y comprar los productos locales en este ultramarinos estilo moderno.

Tras tomar café y retirarnos los servicios, vino el camarero y, literalmente, nos echaron de la mesa .. Nos pareció de muy mal gusto. UN DETALLE FEÍSIMO, JAMÁS NOS HABÍA PASADO.

Las camareras nos trató con demasiada confianza, eso personalmente no me gustó nada.
El pan de los montaditos estaba duro.

aprovechamos la feria y la tranquilidad de la sierra y paramos a probar los famosos pasteles del Rufino, que no es para tanto, pero tuvimos una agradable experiencia tomado el café en este establecimiento junto.
El camarero de 10.. super agradable, super amable, buen precio y buen cafe,,,
señores de la Tienda Setas ... el chaval que ayer Sabado 30/4 nos atendió es un buen trabajador, cuidelo, hoy no hay muchos así que como el sea capaz de fidelizar clientes.

Hemos probado el desayuno. Experiencia regular, tirando a mala y cara.
El pan es normal. En cualquier bar de cualquier ciudad te lo ponen igual o mejor. Teniendo en cuenta la zona (en otros bares cercanos es mucho mejor), esperaba que el "pan de pueblo" fuera mejor.
El jamón estaba helado, no sé si llevaba cortado días y en el frigorífico. Porque no parecía de sobre, pero estaba seco y frío.
3 cafés, un zumo y 4 tostadas de jamón, han sido algo más de 23€. Es decir, 5€ y pico por un desayuno mediocre.
Una pena.

Precios más altos que en el resto de tiendas. Algunos productos solo los encuentras allí, pero por ejemplo el queso lo encuentras más barato en otras tiendas. Además el queso que me vendieron cuando lo abrí estaba mal. Una pena.

Me gusta mucho esta tienda. Compré una cesta maravillosa. Aunque un poco cara.

Un lugar con mucho encanto y detalles, fuimos a merendar y el camarero nos dejó degustar los pasteles de la confitería Rufino (situada justo al lado), y además nos ofreció agua para mi perro. El café estaba exquisito y el camarero fue muy simpático.