Bar Aragón

Experiencia fantástica. Después de ver el pueblo viejo de Belchite comimos aquí. Éramos dos adultos. Trato amable y con buenas explicaciones. Comimos madejas, picaña y una ensalada. Todo muy bueno, con productos de la zona y precio razonable. Si estamos otra vez por las inmediaciones volveremos.

Después de visitar las ruinas de Belchite, fuimos a comer a este bar. Muy buena atención por parte del personal y comida excelente. No tienen menú pero tienen platos muy de la tierra y a muy buen precio. Fue un gran descubrimiento; ensalada burrata, callos, y conejo en escabeche.
Felicidades a Maria, la cocinera.

Al llegar un bar más en un pueblo: viejo. Pero es una gran sorpresa su cocina: gran variedad, calidad e innovación. Lo recomiendo. La ensalada de arenques me encantó. La tabla de quesos, espectacular. Leí en alguna reseña que la cocinera está a la altura de un gran chef y aunque no parezca, es cierto.
Por poner una pega, un poco lentos.

Trato muy familiar y comida casera y buena. Eche de menos un poco mal de pulcritud en general. Lo que mas me gusto fue el bacalao rebozado, chipirones y sepia.

Casa de comidas de toda la vida donde se nota la buena mano de María. El personal es muy amable.

Comida decente hasta que nos han sacado un calamar a la plancha con un olor bastante fuerte. Le hemos dicho al camarero que no estaba en buen estado y se lo ha metido a la cocina. Enseguida ha salido la cocinera a pedirnos disculpas y decirnos que estaban descongelados de esta mañana. Hemos agradecido las disculpas pero no han servido de mucho cuando ha llegado la cuenta y nos han cobrado el calamar en mal estado.
Recalcar que hemos comido fuera por que el interior necesitaba una limpieza bien a fondo.

De ruta por Belchite viejo y leyendo los comentarios nos decidimos por este sitio, no suelo poner comentarios negativos pero, la comida está bien, aunque nos ha parecido carísimo para lo que comimos. El trato muy amable y de agradecer, pero precio de restaurante. 9 euros un platillo individual de bacalao con un champiñón y un tomatillo me parece exagerado. Fue una comida sin más por 32 euros. Hay menús en la zona mucho más recomendables.

Servicio lento, local ruidoso (volumen de la tele excesivo), higiene mejorable (aseo sucio y maloliente). Las albóndigas (9€ un bol pequeño) dejan que desear (deberían ser de calamares pero sólo distinguimos el sabor de hígado). La ensalada de burrata igual, con un tomate insípido (9€). La carne y el pescado un poco mejor, pero el precio nos pareció totalmente injustificado (lo mismo vale un menú completo en Madrid o Barcelona, y estábamos en Belchite). El café ni nos lo pudimos tomar - muy quemado y amargo. No lo recomendamos en absoluto.