Bar Cañardo

Paramos para hacer un alto y recargar energías para continuar con nuestro día.
Después de leer las reseñas creímos que sería un buen lugar.
La cosa no empezó mal porque lo más recomendable del lugar son sus pimientos del padrón por su calidad y cantidad …. Hechos con mimo desde luego. Igual que los rejos, exquisitos pero ración muy escasa. Continuamos con un pulpo
que la apariencia de otro comensal nos engañó con lo que luego a la realidad, acompañada de una escasa pero deliciosa ensalada (¡qué poco cuesta una lechuga!) y unas rabas que de igual modo por su escasa cantidad ni tuve tiempo de inmortalizar….
Para que veáis que mis palabras son reales, las acompaño de las imágenes correspondientes. Creo que nuestra elección del menú fue poco acertada…. Quizá un plato combinado hubiera sido una mejor elección….

Buen sitio para hacer una parada y tomar una caña, vinito, un hamburguesa o su sándwich Cañardo (con jamón, queso, tortilla, lechuga y tomate). Para picar sus patatas con dos salsas (Ali olí y tomate casrero)

Buen lugar para hacer un alto en el camino. Estuvimos en la parte del bar. Las croquetas regular, pero el plato de huevos con chorizo y las rabas de calamar bastante buenos. El tinto regular. Trato amable

Buena comida a buen precio, la hamburguesa buenísima. Los camarer@s muy amables y el lugar tiene una terraza muy grande, parte cubierta, parte no. Una pena no haber descubierto el sitio antes.

Perfecto calidad precio, las raciones son abundantes, la camarera que nos atendió eficaz y encantadora. A destacar los rejos.

Imagino que los habituales que están consumiendo dentro son los conocidos del pueblo porque, al resto de personas que entran a preguntar o reservar, les ignoran hasta que a voces consigues que alguien te haga caso. Cuando consigues que alguien te presté atención el trato es de todo menos amable así que nos marchamos de la misma... Cosa que agradecimos cuando, al dar la vuelta a la casa vimos cazuelas con comida y salsas en plena calle y en la acera. Desde luego, no volveremos a intentarlo.

Un bar muy acogedor. Los camareros eran muy atentos y simpáticos, tienen una terraza amplia y estaba llenisima con suerte encontramos una mesa para poder tomar algo. Los baños no estaban muy allá y había un perro dando vueltas por la terraza no sé si era de los dueños del bar o de alguien que estuviera allí, a mi no me incomodaba pero el hecho de que haya un perro suelto puede ser incómodo para la gente y más cuando está comiendo.
La comida es básica pero estaba muy rica y los precios son económicos.

Un sitio super genial, familiar y de gran trato.
Nuestra camarera Sonia, nos ha tratado genial, nos ha recomendado y sin duda super recomendable ^^

Bar de toda la vida, buena relación calidad precio y con unas vistas que hacen que disfrutes más la comida.