Casa Barón

Me encantó.
Cenamos Quiché de espárragos trigueros y queso , y pollo relleno de queso de cabra y cebolla caramelizada estaba todo buenísimo.
Y de postre tarta de la abuela y otra de queso todo esto acompañado de una botella de Emilio Moro.
Cantidad más que suficiente y el trato muy bueno.
Y calidad precio muy bien.
Repetiré.

En pleno centro histórico de Pontedeume, a menos de 1 km de la ría y a unos 3 de la playa de la ría.
Una deliciosas croquetas de sobre todo las de chipiriones y muy buenos quesos, y unos pasteles de hojaldre riquísimos acompañado con buen vino.
Los dueños que además también son lo que cocinan son muy amables y nos contaron muchas y buenas anécdotas. También tienen el hotel rural Montebreamo, muy cerca.

La atención de Moncho y Mary es de más de 5 estrellas.He comido aquí por encontrarme en el pueblo y la verdad es que me ha encantado.
Todo perfecto y te sientes como en casa , los platos bien elaborados y variados ...
Realmente lo recomiendo a quien visite el pueblo, está muy bien ubicado y la relación calidad precio es ideal.

Estuve en mayo haciendo el Camino inglés. Allí cené y desayuné. Todo perfecto, trato profesional, que siempre se agradece y no es poco. Recomendable.

Trato inmejorable por parte de Moncho y Mary, todo lo que probamos de la carta estaba buenísimo y lo que nos recomendaron fuera de carta también, tienen variedad de postres caseros muy bien elaborados, lugar muy recomendable.

El local por fuera parece descuidado pero la comida es buenísima, pedimos croquetas de cecina y chipirones, espectaculares ambas, el solomillo y las patatas espectaculares, la mejor tarta de queso que he comido nunca, repetiría sin duda

Delicioso todo.
El trato muy bueno.
Ensalada con cabrales y mermelada de tomate.
Solomillo a la plancha.
Tosta de queso San Simon con mermelada de pimientos de padrón.
Y el increíblemente delicioso PASTELÓN ( pedir con antelación entre semana).

Un lugar encantador, la comida excelente, pedimos de la carta las croquetas de cecina y fuera de ella la Quiché de espárragos Trigueros, una delicia, y pollo con cebolla caramelizada y queso de cabra.
El postre otra maravilla gastronómica
Una comida elaborada con mimo y cariño
Es un local de ambiente familiar.
Fuimos un viernes Santo, tenían el comedor lleno con cofrades pero aún así un trato maravilloso y digno de repetir