Furancho Reboraina (Maio a Xullo)

Un furancho obligatorio si vas a Redondela. Es sitio es muy bonito un jardín muy grande y en el medio un magnolio enorme. No hacen reservas así que si hay mucha gente te tocará esperar. La comida está muy buena.

Se come bien y barato. El vino blanco está bueno. El lugar está muy, muy bien. Con mucha sobra en la xona de mesas y también hay una zona de hierba cesped.

Solo esta abierto 3 meses al año, de mayo a julio, pero si estas por la zona no dudes en ir a cenar! Es un furancho auténtico y precioso, el vino esta buenísimo y el ambiente inmejorable. Los dueños y todo el personal son encantadores. Un 10 sin duda!

Es probablemente el furancho más bonito y bucólico de Galicia, comida y vino de buena calidad, a veces toca hacer cola, por eso los fines de semana toca ir temprano. Sin pago con tarjeta (obvio es un furancho), mi unico pero a este maravilloso sitio es que los precios no están escritos en ningun lado y a veces uno tiene la sensación de que los calculan a ojo y segun el dia pagas mas o menos. Es una impresión compartida por muchos

Todos los años en verano no pierdo la oportunidad de ir a este furancho.
Funciona por orden de llegada y tiene una carta breve, ¡pero como todo verdadero furancho!
El sitio es precioso y aunque esté lleno hasta los topes, no te descuidan en ningún momento y te sirven la comida a tiempo.

Buen sitio para pasar una noche tomando un vino y acompañándolo con comida simple y auténtica. La tortilla muy rica, la empanada también no estaba mal. El vino estaba muy rico, un buen albariño casero . El sitio precioso . Muy recomendable si vas con niños, tiene mucho espacio verde dónde pueda jugar. Esto sí, no puede jugar con perlitas :). De precio a ser furancho es muy económico!

Primero, aclarar a aquellas personas que lo desconocen, que no se puede criticar un furancho por funcionar como tal: vender solo vino (aunque a mayores vengan agua) y cuatro tapas: no es un restaurante o tapería, ni siquiera un negocio de hostelería, pues funcionan con un régimen especial aparte de la hostelería dadas sus características especiales: solo pueden ofrecer tres o cuatro tapas y vender excedente de cosecha. Este furancho en sí, no siendo caro, no es precisamente de los más económicos, pero está en un entorno ideal para ir con niños, cosa no muy habitual en esta clase de locales. Tapas ricas aunque sencillas y atención buena en general de los camarer@s a pesar del especial carácter de la persona que lo regenta, como persona no profesional de la hostelería, no tiene demasiado don de gentes, digamos que no parece muy acostumbrado a atender a personas.

Lugar idílico para disfrutar de una buena cena. Personal atento, comida de calidad y vino de la casa muy rico.