Restaurante Casa Pepín e Hijos

Lugar muy limpio y acogedor. Comida de muy buena calidad y variada. Nos dejamos aconsejar por el camarero en las cantidades y todo fue perfecto. Volveremos la próxima vez que estemos por Sevilla sin ninguna duda.

Magnifico para comer con la familia.
Comida de primera calidad y un servicio perfecto, cerveza fría y mucha variedad

Cocina muy variada y excelente con muy buena calidad sitio donde merece la pena comer y beber con tu gente el servicio excelente muy atentos y serviciales su dueño una persona excelente y atenta por y para sus clientes un sitio donde recomiendo de verdad por eso le doy 5 estrellas poder disfrutar del sitio y de la comida

No sé ni por donde empezar... nos tomaron la comanda mal, solo llegaron la mitad de los platos que habíamos pedido, y a cuenta gotas. Como pasaba el tiempo, y veíamos que no llegaba el resto ,preguntamos a los camareros, y estos pasándose la pelota con cierto recochineo. UNA HORA DESPUÉS nos enteramos que el resto no estaba apuntado. Le pedimos entonces la cuenta, y cuando nos la trae vemos que nos quieren cobrar los platos que no nos habían servido...

Nefasto. No soy nadie para juzgar el trabajo de este restaurante pero cuando se superan ciertos umbrales de un mal servicio y te vas realmente incómodo de un sitio hay que decirlo. No pienso volver. Uno de los peores restaurantes que he pisado.

Preparen la cartera, me cobraron 12 euros por 4 tercios (3 euros por cada uno). Le pregunté al camarero que si se habían equivocado y su contestación fuė que como en todos lados porfiando (todo al que le guste la cerveza sabe que en Sevilla un tercio está en torno a 1,5 o 1,6) diciéndome que eso era mentira. Lo pagué puesto que los había consumido pero tengo claro que jamás volveré, aparte de caro el trato del camarero dejó mucho que desear.

Restaurante al que suelo asistir. Buena relación calidad precio. El trato a los clientes a veces deja que desear: una camarera me echó encima una cerveza, me mojo camiseta y pantalones muy bien mojados, aparte de las disculpas y no cobrarme la cerveza que me empapó, menos mal, no hubo nada más, ni el más mínimo detalle. El dueño estaba presente. Cuestión de clase.

Experiencia muy mala, gran desprecio, platos ridículos comparado con los precios, y la gota que ha colmado el vaso a sido un plato de presa por 12€ que traía 5 “gotas” de presas porque eran del ridículo tamaño de un ojo y servido dos horas despues de haberlo pedido

Restaurante de calidad, todo exquisito, trato estupendo y muy limpio. 100% recomendable.