RESTAURANTE EL NAUTICO (EMBALSE DEL NEGRATIN)

El restaurante es encantador, el entorno y la naturaleza invitan a la calma y la tranquilidad. Fui con mi mujer y nuestra hija de 4 patas y comimos de lujo, todo muy rico y producto de calidad. Nos decantamos por la berenjena rellena y el confite de pato que se deshacía en la boca.
Los dueños/camareros nos trataron de cine, muy simpáticos y encantadores. Lo recomiendo 100%

Paramos aquí solo para tomar un refrigerio. Desde que entramos, el anfitrión se portó de una manera chocante. Quería ser simpático hasta el extremo de resultar antipático. Esas formas de ser.. Llevábamos un perrito, y nos hizo pasar a la terraza por un sitio cercado que nos abrió para no pasar con el perrito por el restaurante, que estaba vacío. Una vez en la terraza, una mujer trajo un bol con agua para el can, cosa que agradecimos. Aparte de esto, el restaurante está enclavado en buen sitio, y pudimos disfrutar de preciosas vistas del embalse de Negratin.

Muy agradable la visita. Estabamos como en casa. Pedimos una longaniza asturiana (de Avilés) y una berenjena rellena de carne. Además con la bebida tienen la tradición de poner una tapa. A nosotros nos tocó montaditos de pimientos rojos asados con bonito y chistorritas. El pan, tuvimos que repetir. Sobresaliente.

Vistas estupendas. Comida muy buena. Muchas avispas aunque el dueño estuvo super pendiente para solucionarlo, nos trajo repelente enseguida. La comida merece la pena, no apto para histéricos con las avispas. 52 euros. Cachopo. Plato de quesos. Salchicha asturiana con papas y 4 bebidas

Muy buen restaurante con terraza sobre el pantano, regentado por un encantador asturiano dispuesto a responder todas las dudas y preguntas que te surjan. No te dejes engañar por el aspecto exterior de bar de bocadillos, se trata de un restaurante en toda regla, con comida de calidad y recomendación de platos asturianos. El salón está muy cuidado, al igual que la terraza, que ofrece unas vistas magníficas del embalse del Negratín. Comimos ensalada caprese, una cazuela de gambas al ajillo para mojar pan (recién horneado, por cierto), y un bacalao para chuparse los dedos. Los postres son caseros, nosotros probamos la tarta de queso y el tocinillo de cielo, y fue el colofón perfecto de una comida que no olvidaremos, por los platos y por el trato. Gracias por todo!

Muy recomendando, comida riquísima y un trato inmejorable, aceptan perros.
Calidad precio de 10

Trato excelente. Buena calidad y bien de cantidad. Tranquilidad y buenas vistas.

Un sitio precioso, vistas magnificas, tranquilo. Un servicio excelente, muy profesional sin dejar de ser familiar y cercano. La comida exquisita, a muy buen precio. Fuimos con nuestro perrete y lo trataron como uno mas, sin ni siquiera pedirlo le sacaron su bol con agua.
Recomendado 100%.