Arazas bar
Ctra. Oto, 9, 22370 Broto, Huesca, España
3.2
478 reseñas
8 comentarios
JV3G+HG Broto, España
Reportar ubicación
Reclama esta ubicación
Lunes: Cerrado
Martes: 10–20
Miércoles: 10–20
Jueves: 10–20
Viernes: 10–20
Sábado: 10–20
Domingo: 10–20
Martes: 10–20
Miércoles: 10–20
Jueves: 10–20
Viernes: 10–20
Sábado: 10–20
Domingo: 10–20
Llegamos a las 15.15. Preguntamos por una mesa para comer 4 personas y el camarero nos dice que en 15min cierra la cocina pero que, no obstante, preguntemos en la barra. Así hacemos y nos indican que si, que nos atienden y nos sirven de comer (de ahí las dos estrellas pero realmente apenas merecen una).
Rápidamente pedimos la comida y la bebida para no ser excesivamente molestos.
Traen las cervezas y la ración de croquetas (aún dudamos de cuán caseras son) con unos tenedores.
Ni servilletas ni ración de pan.
Como decía mi abuela:
"aquí primero se come y luego se pone la mesa".
El pan jamás llegó y para las servilletas hubo que robar un servilletero de la mesa de al lado (habiendo servilletas de verdad porque el resto de las mesas las tenían).
Llegan los "torreznos con pimientos de padrón " (dos pimientos, uno chuchurrío, adjunto foto).
Sabrosos pero chiclosos.
Ensalada mixta, sin más.
Las bravas tampoco llegan...
Los camareros desaparecidos....
Tras 20 minutos esperando, me levanto y acudo a la barra para pedir la cuenta. El camarero de la barra me pide que le diga la comanda para ver con qué mesa coincide 🤦. Tras comprobar cual era y decirle que nos restara las bravas que no llegamos a consumir me da el ticket (también adjunto foto).
Si hubiéramos querido levantarnos y marcharnos sin pagar nadie se hubiera percatado y tendríamos la factura de haber pagado.
Obviamente, no actuamos de ese modo.
Un despropósito de pies a cabeza.
No recomiendo a nadie venir a comer aquí.
Servicio de camareros nefasto.
Si viene chicote cierra el bar!
Unos pinchos de tortilla muy buenos, unas rabas -que sin ser nada del otro jueves, tampoco estaban mal- y unas bravas de las mejores que hemos probado, con una salsa casera fantástica.
La terraza, por su parte, es un lugar privilegiado, con unas bonitas vistas al río y el camarero que nos atendió, lo hizo con bastante eficiencia y simpatía.
Cierto es que se notaba un poco de desorganización, pero a nosotros no nos afectó demasiado.
Los postres congelados y un poco escasos de cariño, un poco de nata al lado de agradecería.
Los camareros correctos pero desganados.