Bar La Posada

El sitio está bastante bien, la terraza interior ideal si coincide como a nosotros que solo estabamos nosotros y otra mesa y en zona de sombra...
La comida en general muy rica aunque las albóndigas tampoco son para tanto, al tener intolerancia al huevo de dije a la señora que nos atendió que no me lo sirviese y en compensación me añadió una albóndiga más.
Es verdad que el servicio fué un poco lento y aunque en la terraza interior estaba prácticamente vacía he de decir que la terraza de la calle estaba completa.

No tenían sitio en la terraza exterior y nos ofrecieron entrar a la terraza interior con sombra y mesas separadas con muchas platas que le daban frescor al ambiente, todo un acierto, éramos 4 adultos y 4 niños, los platos combinados un acierto, todos buenísimos, los huevos fritos con su puntilla y su yema para poder mojar pan, el pollo jugoso y muy sabroso, las albóndigas se deshacían en la boca con un sabor delicioso y que decir de los huevos con jamón una delicatessen, todos acompañados de patatas en su punto, la ensalada muy rica y el pan de dos clases recién hecho uno de aceite y otro de leña a cual más crujiente y rico para terminar unos helados y los cafés de los mayores. El trato de la chica que nos atendió fabuloso muy amable y atenta con los niños. Los aseos muy limpios con gel hidroalcoholico en todas partes.
Lo único que noe gustó que no se puede pagar con tarjeta solo admiten pago en efectivo.

Una experiencia pésima. Luego nos explicamos por qué todos los bares del pueblo estaban a reventar y en este sobraban las mesas libres. Atendieron con una lentitud desesperante (casi una hora para dos platos combinados). Para colmo éramos dos, traen uno y para el otro tardan otros 15 minutos. Una chapuza de plato además, ya que faltaban la mitad de las cosas. A los de la mesa de al lado idem, bueno, aún peor porque el pollo que pidieron estaba en mal estado y tuvieron que devolverlos a cocina después de esperar otra hora larga. Y la cuenta casi un jeroglífico egipcio. Desde luego para no repetir experiencia.

Nada en especial solo la ubicación y la terraza interior y exterior.
Calidad normalita, bebidas en botellas pequeñas. Las bravas como si el ajoaceite lo echaran con mal humor, las croquetas de caseras no tienen nada pero de ser congeladas de hostelería si, atención mejorable. Sobrevive por estar donde está.
Para terminar en la época en la que estamos y lo "admite pago con tarjeta " posiblemente no la llegado aun internet.

Local oscuro al puro estilo del maestrazgo, pero encantadora terraza. Carnes a la brasa y variedad de bocadillos y tapas clásicas como bravas o tigres. Servicio agradable en el trato pero bastante lento. Lo mejor, sus carnes.

El servicio bastante lento .
La terraza es bastante agradable , el precio es bueno . Y si te gusta la carne , tienen una gran variedad . Tb hay un salón para comer . Nosotros solo rapeamos en la terraza .

menudo mojón, nos han traído la comida súper tarde, el pescado no estaba limpio, el morro crudo y encima tienen a una sola camarera para todo el restaurante, que la pobre iba como una loca. además hay gatos en las mesas, que la verdad se agradece porque son muy monos. no volvemos.

Sitio muy bonito con un estilo rústico inigualable chimenea encendida bien servicio cómoda muy esquisita las albóndigas buenísima hemos repetido todo rico y sabroso y económico para repetir lo recomiendo al 100%