Bar La Plaza

Fuimos a comer con los niños y nuestra perrita. Nos reservaron mesa fuera, ya que dentro todo ocupado. Nos avisaron cuando se quedó una k SA libre y hemos podido comer dentro.
Nos han atendido de maravilla, dos camareras simpatiquísima y super atentas; Vicente el cocinero un fenómeno. Pedimos las bravas (riquísimas) y croquetas de cocina(un descubrimiento), un arroz meloso con setas y conejo y un entrecot al punto brutal. Muchísimas gracias por vuestra atención y por las dos magdalenas de regalo a los niños. NO ENTIENDO QUE LA GENTE PROTESTE POR EL TRATO DEL PERSONAL....
RECOMENDADISIMO!!

Es un lugar de muy buen ambiente ben la terraza Por que dentro hay una topera increíble
El cocinero gritaba desde las cocinas increíble. Pero nos preparó una paella de verduras muy rica . Bueno la verdad que fofo riquísimo . Estuvimos a punto de irnos al oír las voces del cocinero pero en realidad era por qué estaba agobiado por no tener tantos fogones como cosas a preparar
Lo recomiendo por su buena comida pero debería cambiar ese hombre un poco sus modales .
Ganaría puntos

Sin duda el peor servicio que he sufrido nunca. 40 minutos para unos torreznos. Reclamadas unas simples aceitunas tres veces. Sólo había tres mesas ocupadas. La cuenta la pedí tres veces y tuve que entrar al final para pagar. Cuando entré los dos camareros estaban mirándose y escuchando una canción en la radio y les tuve que preguntar si pensaban darme la cuenta y la respuesta fue " Ah, quiere usted la cuenta ". No volveré jamás. Lástima porque tiene una ubicación privilegiada.

Te dan la carta sin los precios. Te tienes que levantar para leerlos en el cartel. Precios carísimos. Y encima algunas raciones y platos del dia te las sirven solo si pides dos (prepara 25€ por dos platos de paella, por ejemplo. Porque uno solo no te ponen). Lo más barato, las patatas bravas, nos dicen que se habían acabado. ¿En qué bar de España se quedan sin patatas? Y cansados de esperar los calamares pagamos lo bebido y nos fuimos.

Vimos como guiso del día "Arroz meloso con conejo, setas y caracoles". Entramos, lo pedimos y cuando nos lo sirvieron, al ver la pinta que tenía, dijimos: "Esto no lo comen en la Moncloa ni en veinte años" (Ver la foto). Pero...1ªdecepción: Le faltaba cocción. El arroz estaba muy entero, y el conejo y los caracoles estaban duros aunque las setas estaban bien. De todas formas sirven mucha cantidad.
2ª decepción: pedimos tarta al whisky de postre y como estaban muy congeladas, no se les ocurre otra cosa que meterlas un momento en el microondas. 3ª decepción: en el ticket factura todo figura como "varios". No especifican el producto consumido. Y como es el clásico bar del pueblo, dos mesas más allá estaban los asiduos jugadores de cartas con su berborrea. Por lo menos no fue caro.

De lo peor, primero tuvimos que ir a buscar la bebida dentro por la tardanza, y para sorpresa nos dice el dueño que no vayamos con prisas que encima nos da una patada y nos manda ben lejos...impresentable.Pedimos unas bravas y nos dicen que no hay, y vemos como van poniendo en otras mesas que llegan después que nosotros....no se entiende. Y para unas empanadillas llevabamos esperando una hora y media, igual que muchos para un arroz. La mitad de los que estabamos allí tuvimos que irnos sin comer. La barra del bar toda sucia con platos y vasos sucios. Broncas a los camareros e insultos delante de los clientes. Si no puedes atender a todo el aforo, retira mesas o pon a más camareros, pero no puedes faltar el respeto a los clientes y trabajadores.

Hemos comido unas alubias con almenas buenísimas, un arroz caldoso muy sabroso! Ojo con las raciones, muy generosas. Buenas manos en la cocina y buena voluntad! En la misma plaza del pueblo!

Impresionante. Un modesto bar en el que te hacen en el momento cualquier ración o tapa. Con un mimo y una dedicación que en pocos lugares consigues. Algo tan sencillo como unas papas bravas hechas de patata tierna y con piel. Una excelente salsa suavemente picante. Cerveza fría y un trato exquisito. Enhorabuena. Esto es trabajar bien en la hostelería. La Fresneda ofrece muchos lugares de restauración pero es seguro que este es uno de los mejores para tapear y poder comer. Tapas, raciones, carnes brasa, ensaladas, una forma muy saludable de comer o cenar