Restaurante Los Esquiladores

El hostal es precioso. Muy limpió y tranquilo. El restaurante insuperable. Una comida deliciosa el trato estupendo muy acogedor. Son nuevos, nada que ver con el que regentaba antes. 👍. Volvimos, solo para pasar el día en un pueblo estupendo y comer en este restaurante. Nos encanta.😍

Un comedor pequeño y acogedor.
Servicio profesional y buena cocina. En mi caso, me gustaron mucho más los primeros platos (íbamos 3 y los probé todos) que los segundos (probé 2). El postre también muy bueno.

Hemos estado una noche en nuestra ruta Pirenaica en moto.
El lugar es acojedor y los nuevos propietarios nos han echo sentir como en casa. Hemos desayunado, comido y cenado y la calidad - precio es notable. El hostal se encuentra a unos 200 metros del casco urbano de Anento. El pueblo es muy bonito para visitar durante una jornada.

No esperaras encontrarte un pueblo como Anento, despues de desviarte en la autovia rodeado de llanura y vereal seco, te lo aseguro. El Hostal Los Esquiladores, dirigido por Jose Ma. Churruca es genial. Comodo, limpio, buenas vistas, tranquilo...y ni una pega por que nuestra perra durmiera y comiera con nosotros. Bien restaurante y contundente carta de noche. Mis felicitaciones a todos.

Estancia muy agradable. Habitación amplia y coqueta.
El personal encantador y muy atentos.
Comida rica y platos majos.

Gran amabilidad, el personal nos recibió con una sonrisa de oreja a oreja , nos sentimos como en casa. Su gastronomía es fantástica!

Calidad, cantidad y servicio de la comida extraordinaria. El personal muy agradable y dulce. Volveremos seguro!!

Las valoraciones del restaurante eran positivas y, como Anento es pequeñito, tampoco había muchas más opciones. Lo que ocurre es que después del buen sabor de boca que te deja el pueblo, te das de bruces con este restaurante y llega el bajón.

Dos personas que parece que no tienen experiencia en hostelería tardan más de 20 min en servirnos dos cervezas mientras se ocupan de... ¿5 mesas? Sumamos otra media hora esperando a que nos tomen nota cuando el restaurante se sigue vaciando.

La estampa es espectacular: 4 mesas y todos con la misma cara de acelga porque no están atendiendo a ninguna y tampoco vemos movimiento. Lo demás es ya de risa: casi no queda nada del menú, aparecen nuevos platos improvisados que tenemos que echar casi a suertes con la mesa de al lado porque nos quedamos sin ello... y todo por 20 euros el menú que, a mi parecer, deja bastante que desear.

Si decices venir aquí (seremos pocos los que volvamos), ya puedes armarte de buena paciencia.