Bodegas Cosme Palacio

Desde hace muchos años tengo el placer de deleitar sus vinos país que😎

Fantástico fin de semana, muy recomendable: la casa está cuidada al máximo detalle, la profesionalidad de los empleados, el entorno….un “10”.
Muchas gracias.

Encantadora visita a una bodega en un precioso entorno y en muy agradable compañía con degustación de ricos vinos como gran final de la mañana.
Como colofón, comida en Los Parajes, Laguardia. Día perfecto!!

Lugar idílico. Muy buenas instalaciones

que triste que se hayan aprovechado de la pandemia para evitar dar el premio otorgado en uno de sus sorteos, no es por el premio, 100 euros, sino porque no merece que estos asuntos empañen el puesto de honor que se han ganado a lo largo de los años las bodegas de la Rioja, disculpen pero esto es como un escape al no haber conseguido nada por n veces que lo he intentado.

Tras llamar dos veces con varios días de diferencia, no han sido capaces de decirnos si había o no plaza para la visita.En un tercer intento no negaron la visita. Poco profesionales.

Las Bodegas Palacio, pese a su larga tradición en elaboración de vinos con uva tempranillo y pese a estar situada entre la Sierra de Cantabria y el curso sinuoso del Ebro necesita mejorar.
Es cierto que la tierra marca la personalidad de un vino, pero no lo hace su manera de criarlo. Bodegas Palacio pese a usar el estilo de bodega bordelesa, un proceso perfeccionado con los siglos y clave para convertir sus uvas de tempranillo en vinos ricos en aromas para hacerte disfrutar tiene un punto débil en su negocio. Este punto débil es su mala gestión cara al cliente que adquiere sus productos. No gestionan bien sus ventas y le llega al comprador (Si le llega, porque ni anotar la dirección bien saben hacer) un producto de una calidad inferior a la que ha pedido (este fue mi caso). No es lo mismo un Glorioso reserva que un Glorioso de crianza, como tampoco lo es un Viña Mayor blanco que tinto. En fin, dicen que la calidad esta en los pequeños detalles y es cierto que estos detalles marcan la diferencia. El postgusto de uno y otro no tiene nada que ver como tampoco tiene nada que ver la intensidad que aporta el roble con sus características olfativas y gustativas, marcados por notas de vainilla que se conjuntan perfectamente con los aromas y sabores afrutados de estos vinos jóvenes. Más que nada, simplemente por el tiempo que han estado en barrica bordelesa unos y otros.

Trato personal exquisito. Vinos de altísima calidad. Entorno de Laguardia privilegiado.