Bodegas Portia - Ribera del Duero

Me ha encantado la visita. Una bodega muy especial. La guía además de explicarnos muy bien, nos ha guiado muy bien en la cata y nos ha enseñado a disfrutar los tres vinos. Hemos comido tapeando en la misma bodega, en su restaurante y todo exquisito. Aunque cierran un poco pronto la cocina y no puedes pedir de última hora si quieres algo más. Eso es un detalle feo para el precio.
Quién esté tentado de ir que lo haga. Y la comida muy rica a pesar del detalle.

La visita fue genial. La guía explica todo el proceso paso a paso y a la vez a que se debe el diseño espectacular de la bodega. Me sorprendió gratamente! La cata fue de 3 vinos. Nos lo pasamos muy bien. Muy recomendable

Nos encantó la visita. Además fue casi en exclusiva para nosotr@s porque estábamos 3 personas. La guía nos explicó muy bien todos los procesos de elaboración. La bodega es espectacular. Después catamos 3 vinos que nos gustaron bastante. Nos quedamos con ganas de ver y poder comer algo en el Gastrobar, lo dejaremos para la próxima visita. Es muy recomendable

El edificio es impresionante. El recorrido hasta la entrada ya te hace ir viendo el edificio desde distintas perspectivas. La entrada es monumental. Las salas de barricas y de botellas son las más bonitas que he visto.
La visita y la cata las ha conducido Martina. Ha explicado todo genial y ha sido muy amable.
Nos hemos llevado 2 botellas de recuerdo.
Recomendable 100%.

Nos encantó la cata con visita; la guía y el enólogo con sobrados conocimientos y muy amenos, nos mostraron todo el proceso y los principales espacios. Algunas de las salas son bastante espectaculares; los arquitectos del grupo echaron en falta más explicación del aspecto constructivo.
La cata fue muy didáctica, independientemente de cuanto sepas de vinos, con un picoteo agradable.

Visita guiada instructiva y muy bien explicada x Carlos. La arquitectura de la bodega es una obra de arte contemporánea. Y para terminar una cata de 3 vinos. Todo fenomenal

Regalo de bodas de plata. Para mi, un regalazo. Empezando por el lugar, impresionante la bodega diseñada por Norman Foster. Se puede decir que la mejor del mundo???
Seguimos con la guía, Sandra, encantadora y con mucha profesionalidad. Nos mostró la bodega en todo su esplendor, espectacular la "catedral". También llamativo la zona en la que ciertas personas, alguna conocida, tienen su vino guardado allí para su conservación.
Y para finalizar, el menú degustación "Brotes", buenísimo se queda corto.
Recomendable la visita sin ninguna duda.

Nos encantó la visita a la bodega de la mano de Arancha, quien nos explicó con todo detalle el recorrido. Muchas anécdotas y datos curiosos que despertaron aún más nuestro interés en la Bodega. Muy recomendable.
Las instalaciones, por supuesto, espectaculares