Caves Montau de Sadurní

Visita dirigida por el hijo de los propietarios. La explicación fue clara y concisa y la visita a las diferentes estancias nos resultó bastante interesante. Los menores no pagan nada. Al finalizar la visita, catamos un vino blanco y cava. Quien quiso, pudo repetir. No nos quedamos a comer allí porque leímos antes las reseñas y no nos quisimos arriesgar. Una lástima porque están en un entorno precioso.

Bodega familiar y tradicional. Localizada en una zona exclusiva que se nota en el sabor de sus vinos . La masía es de del año 1600. Recomiendo mucho la visita y la cata de vinos. El guía muy simpático y toda la explicación perfecta .

Nos ha encantado el lugar y su larga tradición familiar. Excelente atención recibida. Después de la cata nos quedamos a comer en el restaurante y pudimos disfrutar un buen vino. La carne a la brasa espectacular.

La visita nos encantó pequeña familia que se remonta desde 1600, la explicación de la elaboración del vino y el cava súper agradable, entendíble y muy curiosa, en el mismo lugar hay un pequeño restaurante con comida típica de masía catalana con rica carne a la brasa y lo mejor la cata de sus vinos y cava. Os recomiendo ir

Este fin de semana he visitado las Bodegas de Montau de Sadurní acompañada de unos amigos y ha sido una grata experiencia.

Cavas de tradición familiar que apuestan más por la calidad de sus productos que por la cantidad. Cavas que defienden los productos locales, de proximidad, y apuestan por el cultivo ecológico y la elaboración propia.

Las cavas de Montau de Sadurní se encuentran en el pueblo de Begues, a las puertas del Parque Natural del Garraf y a los pies del Montau, localizadas en plena naturaleza y alejadas del núcleo urbano.

A través de un camino de viñas, encontramos una pequeña villa constituida por estas bodegas de tradición familiar, que resguarda en sus muros de piedra toda una verdadera historia de esfuerzo e ilusión que se remonta al año 1530. Adyacente a las bodegas y los campos de cultivo, encontramos la masía que dio y sigue dando cobijo a esta familia de trabajadores del campo. Dentro de esta pequeña villa, encontramos también el restaurante “el Celler de Sadurní”, especialista en brasa y cocina catalana.

Me he quedado maravillada por la exquisita y cariñosa atención de la familia de Montau de Sadurní, empezando por el adorable perro que nos ha dado la bienvenida a nuestra llegada, y seguido de cada componente de esta estupenda familia de vinicultores.

Hemos dado comienzo a nuestra visita dando un paseo por los viñedos y posteriormente, por el interior de las bodegas. Nos han explicado todo el proceso de elaboración del vino y del cava DO Penedés, sus particularidades, el modo en cómo ha evolucionado todo el proceso a través del tiempo y el cambio tecnológico, sus instalaciones y su maquinaria.

Me he quedado maravillada por las historias familiares, las anécdotas del abuelo viticultor, los curiosos grabados en las paredes de las bodegas y las modificaciones de la maquinaria con el cambio tecnológico a través del tiempo.

Después de la visita a las cavas, nos han conducido a una terraza preciosa en medio de la naturaleza, y hemos realizado la cata de un vino blanco y de un cava DO Penedés, acompañados de aperitivo de tostas y aceitunas. El sabor del vino y del cava me ha encantado, caracterizándose por ser refrescantes, afrutados y auténticos. Sabores tropicales y estivales, particulares de estos viñedos.

Tras esta agradable experiencia, nos hemos quedado a comer en el restaurante “el Celler de Sadurní” y hemos disfrutado de una tradicional cocina catalana. El menú, formado por primer y segundo plato, bebida, pan y postre, era de calidad y económico. Los embutidos “km 0”, las verduras del huerto de la villa y la carne, cocinada a la brasa, de proximidad y muy sabrosa. En definitiva, productos de proximidad y ecológicos, comida catalana. Por supuesto, he podido disfrutar de los vinos familiares DO Penedés durante la comida, deliciosos. El café lo hemos disfrutado en la terraza, una experiencia agradable, sin duda.

No hemos dudado en comprar unas botellas de vino para llevarnos a casa.

Nos hemos despedido de la familia, que nos han dado una acogedora bienvenida y una cálida despedida. Esperamos volver a verlos y volver a experimentar esta experiencia. Desde estas líneas, os damos las gracias y os deseamos lo mejor.

Hemos visitado la masía en familia y nos hemos quedado a comer en el restaurante. La cata de vinos agradable, la visita y la explicación buena. Es una Masia familiar y pequeña. El restaurante es caro para el menú que ofrece. Parece un poco dejado. Pueden mejorar mucho la comida. Cocina Catalana, pero básica. Los tomates no estaban buenos. Los vinos buenísimos. Nos obsequiaron con 4 botellas de su vino negro una maravilla. Muchas gracias!

Hoy hemos visitado las bodegas y nos hemos quedado a comer. Las bodegas son muy chulas y la visita merece mucho la pena. Todo muy bien explicado. El vino muy bueno, compraremos más veces. El menú de fin de semana muy rico y cuesta 20€. Personal muy amable. Muy recomendable!

Pequeña bodega familiar ubicada en una masía que se contruyo en el 1600 y que sigue perteneciendo a la misma familia, en la visita te enseñan las diferentes viñas que tienen y te explican de la clase que son y cuantos años tienen, después te muestran el interior de las bodegas donde realizan los vinos tanto blancos rosados y tintos después la zona de los cavas que también los elaboran y también la maquinaria que utilizan para su elaboración la visita es de 1 hora después hay una cata de 2 vinos uno blanco y otro tinto todo es explicado por el guía que es de la familia fundadora de la Masia.