Café Bar El Tigre

Llegamos el domingo por la noche para cenar, las reseñas de Google eran bastante buenas y en cantidad, así que decidimos cenar en él. Íbamos junto a otra pareja, y como la terraza estaba repleta, le pedimos a Antonio, el dueño del bar, que nos avisará de cuando estuviese una mesa libre. Mientras nos tomamos unas cervezas en la barra. Cuándo quedó una mesa libre nos sentamos y nos atendió Antonio. Como no sabíamos que pedir, él nos aconsejó, y nos trajo una elección maravillosa. Una ensalada "Tigre" y una cazuela con verduras, patatas y huevos fritos encima de la verdura. Sumado a esto, las correspondientes tapas de cada consumición. Cuatro adultos, no pudimos finalizar el total de la cena. Todo exquisito y en abundancia. Antonio es una gran persona junto a las camareras que atienden terraza y bar. Nos sentimos como uno más del lugar, sin apenas conocernos, nos granjeó su simpatía cordialidad, y hospitalidad. Al día siguiente, lunes, volvimos para almorzar. Está vez solo mi mujer y yo. Pedimos otra ensalada "Tigre", y un "barco de pescado". Volvió otra vez, a sobrar comida, que no pudimos acabar. La camarera de la terraza, muy amable, viendo que nos daba un poco de sol en la mesa, nos dijo que nos cambiáramos de mesa, por qué estaba sufriendo, viendo que nos daba el sol, así que nos pusimos en otra con más sombra. Encantadora, por su trabajo y atención. Los productos son de calidad, y se nota, suelen ser productos de la zona, como las verduras, carnes, queso. Esto nos lo comentó un paisano, con el que hablamos. En resumidas cuentas, vuelvo a reiterar el buen hacer de Antonio y del personal de servicio, y agradecerles la estancia tan placentera en su local. Muchas gracias por vuestra amabilidad y espero volver pronto por allí.

Excelente!! No sabriamos decir que nos gusto mas, si la comida tan sabrosa que nos recomendó Antonio o la simpatia con las que nos trataron el y Elena, mencion especial para ella qe pese a ser tan jovencita, trabaja como una leona con una gran sonrisa, un lugar donde te tratan como si fueses del pueblo y te hacen sentir bonito, sin lugar a dudas repetiremos

La esquina de referencia en Alhama de Granada. Tanto en el bar de la planta baja como en el restaurante se tapea y se come de maravilla. Vivo en Alhama y cada día veo cómo los vecinos se toman aquí sus cafés y sus cervezas según la hora. Mi primera visita fue durante la Fiesta del Vino, fiesta local, y tomamos unas bebidas con un trato excelente por parte de los camareros, muy simpáticos. Volvimos a repetir en Semana Santa, esta vez para cenar... cordero al laurel, tomate aliñado , carrillada, etc. Tanto mis amigos como yo coincidimos en que los sabores eran deliciosos y potentes. Los felicitamos en el acto. Las raciones son... muy generosas. Véanse las fotos. Y nos invitaron al chupito final. ¡De diez!

Si pasáis por Alhama es obligado parar en el Tigre. Un lugar dónde cuanto más veces se viene más agusto se está. Antonio es la persona más atenta, servicial, cercana y afectuosa que he encontrado nunca en la hostelería. El trato es espectacular. El ambiente es muy familiar y enseguida se crea una atmósfera de buen ambienta en el local que hace que se disfrute mucho la experiencia de saborear la carta. Que es de una muy buena calidad y recomendable al cien por cien, no hay elaboración mala. Las tablas de ahumados son espectaculares, acompañadas de buena cerveza , vino... Los quesos de Alhama una maravilla.
Las carnes buenísimas...
Hay que venir en compañía.. y dejarse llevar por la estupenda atmósfera de gente sana y cercana.

Local muy limpio y acogedor, el servicio muy atento, gracias a Antonio Miguel y Elena “en primera persona, en directo, más por ti que por mí, 200%.
Aseos limpios
Un sitio para volver 💪🏻👍🏻

La experiencia increíble, el trato inmejorable y la comida de calidad y a un precio envidiable.
Hemos pedido migas, salmorejo y tabla de quesos...y no sabría decir que estaría más bueno.
Además, el camarero nos ha ofrecido uno de sus vinos, y sin duda buenísimos.
Repetiremos seguro, gracias!

Si estáis en Alhama de Granada es una visita imprescindible. El queso de cabra estaba exquisito. El ambiente del sitio es inolvidable, el dueño - Antonio- una persona más agradable y simpática!! Te sientes ahí como en casa ❤️

Nos sentamos en la terraza a las 14:20h, pedimos una ensalada y unas migas y nos las sirvieron los dos platos a las 15:30h . Las migas estaban frías. Muchas mesas se iban enfadados sin acabar de comer porque no llegaban los platos. Una chica sola para todas las mesas, la pobre no daba a vasto. No se si siempre son así o fue falta de personal puntual. Nosotros no volvemos.