Café Suizo
P.º de Pereda, 28, 39004 Santander, Cantabria, España
3.8
2 reseñas
8 comentarios
F662+W3 Santander, España
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Lunes: 7–1
Martes: 7–1
Miércoles: 7–1
Jueves: 7–1
Viernes: 7–1
Sábado: 9–1
Domingo: 9–1
Martes: 7–1
Miércoles: 7–1
Jueves: 7–1
Viernes: 7–1
Sábado: 9–1
Domingo: 9–1
La atención ha sido impecable por cada una de las camareras, pacientes, atentas y gentiles. Las raciones de las tartas en condiciones. Respecto al precio, no está mal, es adecuado para el lugar y la zona. El único pero, sería que la bayeta que usaron para limpiar la mesa no estaba limpia y nos dejaron la mesa con un olor no muy agradable para comer tartas y tomar café.
Del resto, todo bastante correcto.
4/5.
Fuimos a desayunar y nos gustó. La atención del camarero fue correcta, el tiempo de espera más bien breve y el precio está en la línea de los de la zona. Lo recomiendo.
Si faltan camareros o no tienen capacidad suficiente, que reduzcan la cantidad de mesas que ofrecen al público, pero parece que prefieren dar un servicio nefasto y abarcar todo lo posible.
La camarera que nos atendió en la mesa era muy agradable.
Los cuatro desayunos nos costaron 11 euros, y eran buenas raciones pero en el pincho de bonito con anchoa faltaba la anchoa 🥲.
La tortilla de bonito estaba muy rica, pero no se notaba mucho el bonito.
Nos sirvieron los cafés sin retirar los platos de la comida, y la cocina fue extremadamente lenta. Por lo contrario, la comida estaba muy rica y algunos de sus camareros muy agradables, una pena que las condiciones generales del restaurante no sean las más indicadas.
No caigan en el atractivo de su terraza, y elijan un buen lugar en el que comer disfrutando de las vistas al mar.
Para encontrar a un camarero al que pedir algo es casi imposible.
La comida estaba buena, pero no espectacular como para volver.
Yo me comí la hamburguesa, y para el precio que tiene no merece la pena. Aunque mala no estaba.
El sándwich, según mi familia estaba bueno.
A la hora de querer pagar, estuvimos mucho tiempo esperando a que viniese el camarero a traernos la cuenta, y tampoco había tanta gente.
No creo que vuelva.