Cafetería Pirámides

El menú estuvo bien, pero el servicio en mesa fue lamentable.
Tuvimos que esperar 45 minutos desde que hicimos el pedido de dos hamburguesas, hasta que nos las sirvieron.
El motivo fue claro. Tienen servicio a domicilio, que veíamos continuamente salir a repartirlo, y al protestar nos indicaron que tenían preferencia sobre el servicio en mesa, quedando de esta forma en espera hasta que decidieron traernos los pedidos.
Esto es una falta de calidad con los clientes presenciales, debiendo indicar a los pedidos desde domicilio un tiempo mayor de espera.

Hemos llegado a punto de cerrar y nos han atendido muy amablemente. La comida tan rica como siempre.

Ideal para hamburguesas,perritos, comida mexicana etc y a un precio muy competitivo
La atención es muy buena, enseguida te informan de lo que son sus productos que elaboran y tienen servicio a domicilio

De los mejores sitios donde desayunar en la terraza, personal muy atento.

Las raciones están bien , aunque el servicio de cocina tarda

Raciones grandes. Comida muy rica. Muy recomendable

Fuimos a las 14:30 y estaban cerrando, local vacío, y abandonado, quizás en el 95 sería su mejor época, ahora solo es una triste cafetería debajo de un edificio abandonado y casi derruido. Por la mañana tomamos un café y para desayunar había para elegir entre un bizcocho industrial y conchas de chocolate. La zona de los helados (que en el cartel presume de ser también heladería) está igual de abandonada que el resto del edificio y del local, con unos cucuruchos que los han dejado macerando al sol semanal que le pega desde la ventana. Cómo museo del abandono o a quien le guste el urbex recomiendo la visita.

La comida muy buena pero el servicio pésimo. La camarera parece que no tiene ganas de vivir. Es lentísima, estuvimos sentados en la parte de arriba y cada vez que la pedíamos algo tenía que ir a la parte de abajo a por la libreta y tardaba una eternidad. Estuvimos esperando por dos Coca colas y un Nestea una barbaridad.