Taruffi CC LA DEHESA

Lugar amplío, tranquilo y muy limpio.
El desayuno estaría mejor si no sirvieran la tostada con el aceite puesto.
¿ por qué me lo tengo que tomar al gusto de ellos? El cliente debe escoger la cantidad que quiere y prepararlo a su antojo ( es lo normal ).

Un desayuno a media mañana, con café con leche y tostadas con aceite y tomate, sencillo y rico. Bien atendido por las dos camareras. El pan estaba en su punto. Además, el "fresquito" de mango (con naranja y mango) estaba muy refrescante.

Quiero felicitar al establecimiento y sobre todo a la camarera que me atendio, educada servicial,
los cofres son riquísimos, no los había probado nunca los recomiendo, en general todo, el servicio, trato con el cliente, y atención, las tostadas nada que decir, me quedo sin palabras, pongo 5 estrellas pero se merecen un 10! Volveremos siempre que podamos.

La cafetería heladería Taruffi es visita obligada para desayunar o merendar cuando voy al CC La Dehesa a comprar.
Varias propuestas:
Un gran gofre con nata y chocolate y un descafeinado con leche: 5,50 €.
Delicioso también el té matcha latte (con leche o con soja), que es caro (pero porque el té matcha es caro de por sí): 2,95 €.
Lo que está bien de precio y está bien bueno es el desayuno de tostada con tomate: 2,70 €.

Un buen lugar para desayunar , amplio y tranquilo . Los desayunos muy buenos y el café también , eso sí el precio está algo por encima de la media , pero merece la pena .

Han cambiado el personal y ahora no son tan lentas, pero el servicio ha bajado mucho.
Vajilla sucia (parece que ni pasó por el lavavajillas) sólo tres mesas ocupadas y las otras 12..? sucias y sin atisbo de ser despejadas. Te vacían una pero no pasan bayeta... En fin, después de años de clientes, dan ganas de no volver.

En la foto se ven en el plato restos de lo que parecen migas.

Llegas, das los buenos días y no te contesta nadie. Mientras una de las camareras ( jovencita ) atienda a los clientes, la otra señora sigue a su bola, sin dejar de contarse el cierre del día anterior y demás detalles que al cliente poco le importan.
Después de varios minutos de espera, lo único que me dice es que se pida el otro lado de la barra, justo en ese momento llegan más personas y te quedas la última, cuando ven que te marchas sin consumir, ya te dice que enseguida te atienden.
Gracias a su pasotismo y y a sus pocas ganas de trabajar vine a desayunar a los 100 montaditos.

Todo muy bien, tomamos cafés y muy bien echados y un gofre artesano con plátano, muy bueno y nada pesado. Aconsejable para 2 personas.