Cafetería el ninot

Exquisito el desayuno .. deliciosos los croissant 👌👏👏👏

Buen trató,los camareros muy atentos y los chupitos regaló de la casa

Un excelente bar, hacía falta el cambio de dueños, se nota muchísimo. Limpio, café muy bueno y muy buena atención. Lo recomiendo 100 %

Es pequeño, pero para tomar una cerveza está bien , tienen bastante dónde elegir, y el chivito estaba bueno.

Fuimos a cenar con el cupón de groupon, de ilimitado nada y encima sacan lo que quieren, nos van sacando platos casi vacíos y muchos de ellos incomibles (crudos o sosos), además entre plato y plato casi media hora (y por ejemplo uno de los platos eran 4 champiñones y eramos 4 personas...)

Al cabo de 2 horas aún teníamos hambre ya que habíamos comido pocos platos y casi vacíos y nos dijeron que ya se había terminado y que no sacaban más.

Malísimo e indignadísimos, no se lo recomiendo a nadie.

Acabamos de salir de cenar del ninot con un vale de groupon, y estamos mas que contentos!

Tengo que decir que veniamos preocupados por las opiniones que habíamos leido. Sin embargo hemos cenado genial! Bravas, puntilla, alitas de pollo, champiñones, esgarraet... y todo preparado al momento. Es cierto que en alguna ocasión los platos tardan en llegar, pero es lo que tiene cocinarlos al momento. Y aunque no nos hemos comido el plato de morro han seguido sacando tapas hasta que nos hemos rendido.

Por otra parte el trato ha sido muy bueno. Nosotros eramos 4 más dos carritos de bebe y nos han puesto en una mesa suficientemente amplia para poder tener a los peques al lado.

En definitiva: VOLVEREMOS!!!!

La verdad es que empezar a narrar la experiencia de cenar en el Bar el Ninot, sin caer en descalificaciones es harto complicado.
Adquirimos la misma oferta de Groupon de la que habla el usuario de la opinión anterior, la cual consiste en una promoción en la que dos comensales tienen derecho a 2 bebidas, 2 entrantes y tapas ilimitadas.
Llegas al local, y aunque la decoración y la limpieza del mismo no es para echar cohetes, puede pasar.
Nos sientan en una mesa minúscula, y tras 20 minutos de espera, uno de los camareros (por llamarle de alguna manera) nos atiende con una pasividad, una desgana y un nulo conocimiento del servicio, que ya te empieza a dejar claro lo que te espera a lo largo de la velada.
Nos sirven dos cervezas, que intuimos que eran cervezas por la etiqueta del botellín, ya que el líquido que contenía perfectamente podría pasar por orín de gato; caliente a mas no poder.
De la "extensa" y "surtida" carta (impresa en times new roman en su casa), decidimos elegir como entrantes, un surtido de ibéricos, y croquetas de bogavante.
Para después de tales manjares, pedimos tres tapas de elaboración costosa; bravas, morro y pinchos morunos (nótese el sarcasmo)
Sabia elección. Tras otros 10 minutos de espera, el sorprendente, boyante y siempre cumplido surtido de ibéricos, consiste en 8 lonchas de salchichón envasado con unas papas rancias y blandas. ¡Vamos bien!
Previo servicio del segundo entrante, nos sirven un "pozal" de patatas bravas refritas y con escaso sabor.
Vienen las croquetas de bogavante...o de surimi, a estas alturas de la cena ¿qué mas da?.
Pedimos dos cervezas más (craso error), primas hermanas de las primeras. Calientes a mas no poder.
Para mas inri, el local, abarrotado de gente ruidosa, no acompaña acústicamente y la cocina, al encontrarse en medio del comedor, dota a los comensales de un inconfundible olor a fritanga que impregna las ropas de los que allí nos hayabamos.
Tras otros 10 minutos de rigor, aparece el morro...¡¡oh el morro!!. Blando, cartilaginoso...nada que nos sorprendiese a estas alturas de la noche.
Y los pinchos que no venían....tras otros 20 minutos de espera uno de los camareros, nos comunica que los pinchos van a tardar y que si queremos un plato de sepia para paliar el hambre y la espera. Accedemos, y a los 5 minutos nos sirven una sepia insipida, (y posiblemente cocida) que mantiene la linea de los platos anteriores.
Y los pinchos que seguían sin venir...5 minutos...10 minutos...15 minutos...hasta que el camarero nos comunica que no hay pinchos y que podemos elegir entre boquerones y un plato de jamón y queso.
Ok, de acuerdo...plato de jamón y queso. Si...jamón, queso..(dos lonchas de cada), y el mismo salchichón y papas rancias que en el primer plato!! Sorprendente...
Por último, impregnados de un extraño masoquismo (y apetito, porque no decirlo) decidimos pedir un brownie de postre, que, si no fue todo lo malo que esperábamos, sacado de ese contexto pasaría por un plato mediocre e insustancial.
Lamentable local, lamentable servicio, lamentable mano de obra, lamentable materia prima, pero sobre todo lamentable el querer engañar a los comensales, y lamentable tener un negocio orientado al público con tanta desazón y pocas ganas de querer hacer las cosas bien y con gusto.
No volveremos...sin duda.

Muy bueno....repetiremos. , ahora sí mucho después de pasar FALLAS...