MIQUELS PANS

Peor imposible. Sitio para no volver nunca jamás.
Llegamos a las 1.45. A las15.30 se acercaron a preguntarnos qué queremos. Pedimos mejillones, calamares y patatas bravas. Los calamares nos han traído a las 16.00 y nada más. Tuvimos que reclamar mejillones y patatas bravas 2 veces. Me atrevo decir que el servicio es un 0 patatero.
Increíble. La cocinera limpiando los platos de ensalada con el dedo y fumando sentada en la mesa y un desorden total.
Pedí para llevar un postre, me lo regalaron. La cuestión es que ya no importa. No volvería nunca jamás.

Mal servicio.
Café cortado con sacarina (viene sin sacarina, hoy y los días anteriores)
Caja con 4 donuts “glaseados “ entendemos que el glaseado es de azúcar y no con muchos topins y chuches.
Café con leche y croisant (precio por separado de los productos. 1,60 café +1,90 croisant = 3,50.
Todo sin cubiertos ni servilletas
( perdón, había 1 servilleta debajo del croisant manchada por esté mismo)
A favor: el café está bueno y bien hecho
Gracias y un saludo. Lorenzo

Mi puntuación es baja porque no hay ningún control para sentar a los clientes que estarán esperando, lo que ya me supuso un enfrentamiento desagradable, cuando llegamos parecía que todos estaban terminando y lo que pasaba es que se habían sentado y aún no habían recogido las mesas, tardamos literalmente una hora en desayunar, café y tostadas.
El desayuno estaba rico y es una pena, a desayunar no volveré pero queremos probar los bocadillos. Me veo en la obligación de editar la reseña para contestar , lo que me contesta no tiene sentido ninguno y deja en evidencia un carácter de poco respeto y poca responsabilidad con su local y sus clientes. Le vendría mejor gastar sus energías en intentar mejorar el servicio y cuidar a los clientes, nos veremos pronto !

Nada del otro mundo para tomar algo rápido y ya ,fui por mi peque pero por ejemplo las sardinas que me pedí no valían nada ,una pena. Servicio atento y amable .

Bueno… ¿por dónde empezar?

Éramos un grupo de 6 personas y llegamos a las 11.20-11.30 de la mañana y pedimos el desayuno.

A 4 personas les traen lo que habían pedido mientras otros 2 seguíamos esperando. Al ver que seguíamos esperando preguntamos al personal del bar y, DE MUY MALAS FORMAS, nos dice que ya han cerrado la cocina, que se han olvidado de nuestro desayuno y que ya era la “hora de los pollos” así que no nos iban a traer nada…

Lo peor fue la camarera, que además de desagradable fue muy maleducada.

Para no repetir o mejor dicho PARA NO HABER IDO.

Servicio deplorable. A los camareros hay que insistirles para que después de retirar las consumiciones anteriores, te pasen una bayeta a la mesa, y a pesar de todo, les cuesta. Me parece algo básico, ya no solo por el Covid sino como medida mínima de higiene.

Una auténtica estafa, no puede ser que te cobren un café 1,80.
Es exagerado que te cobren más por un café aquí que en la calle Serrano de Madrid, quieren hacer el agosto(nunca mejor dicho) entiendo que es vuestro precio, y que queráis vivir el resto del año por lo facturado en 4 meses.

Llegamos a las 22:00 los platos llegaron a cuenta gotas , los chopitos de mala calidad con sabor a harina , las sardinas diminutas y muy saladas , los huevos rotos llegaron después de más de una hora de espera , los huevos mal fritos las patatas frias. En el baños encontramos una cucaracha muerta. Lo único salvable la camarera Begoña por lo demás nada recomendable en absoluto.