Un bar de la localidad de Picassent con un trato amigable. Los dueños supersimpaticos y conocedores de sus clientes. Lo mejor es la terracita por las tardes de verano, por el aire que corre siempre en esa calle-peaje toda cubierta. La acera es amplia y la terraza en sombra con varias mesas. No es grande pero si acogedor y limpio. Y el café bueno y con cariño. Para tomar unos refrescos con los niños y para cenar con picoteo y bocatas a la castellana con sus populares embutidos de orza.
Merche Aguirre2 años atrás
Tanto la calidad como la atención, perfecto. Seguid así chicos
