Casa Rural Zearreta Barri

El sitio no está mal, el propietario es más raro que un perro verde, si queréis un sitio relativamente bien de precio para dormir, te sirve, si quieres desconectar con tu pareja en una casa rural, olvídate (el hombre que habita la morada vive arriba), será como volver a tener 12 años y estar con tu madre vigilandote en casa, (porque sí amigos, te lo vas a encontrar numerosas veces diciéndote cualquier sandez o haciéndote cualquier reproche pueril) no cabía esperar más de alguien que no distingue B y V.

PD: yo normalmente no suelo llevar champú o gel en la maleta porque espero encontrarlo donde me voy a hospedar, olvidad eso también, ahí solo tendréis una austera y usada pastilla de jabón de manos en la ducha.

Habitaciones agradables, cómodas y limpias, lo que se busca en estos tiempos. La decoración es antigua, pero bonita. Lugar estupendo para descansar y relajarse. El entorno es maravilloso. Buenos bares y playas por la zona.
Además el dueño es muy agradable y da recomendaciones estupendas.

Magnífica ubicación, y el entorno muy idílico, pero la entrada a la casa ya echaba para atrás, un olor a rancio y viejo q continuaba tanto en la ropa de cama como en los accesos. El propietario como el olor, seco y desagradable. El baño otro nivel, ni servicio de jabón, ni rollo extra de papel higiénico...para estar peor que en casa no viajo!

Ni es casa (no hay cocina) Ni tiene el precio que anuncia en su propia web (publicidad engañosa por la cara). Ni vale lo que pide, todo es antiguo y de barateo para lo que cuesta una noche (60 euros). Por ejemplo le falta ventilación: te duchas por la mañana, te vas todo el día, y cuándo vuelves las toallas y la habitación siguen humedas y frías. Al menos las camas son cómodas.
Podrían ser 5 estrellas si no hiciese publicidad engañosa.

La casa es muy bonita, las habitaciones con salida al jardín, Joseba, el dueño muy majo, las indicaciones que nos dio muy buenas, el entorno es preciso, justo detrás de la casa se puede ver unas puestas de sol increíbles.

La casa rural mona y cuidada. El dueño muy majo y hablador. Un sitio muy recomendable. El agua caliente tarda un poco en salir, hay que ser paciente.

Es un sitio acogedor con un anfitrión estupendo, nos sentimos bienvenidos y como en casa, los acantilados sonnun espectáculo y el lugar completamente magico

La casa está situada en un entorno maravilloso,con unas vistas impresionantes.Su dueño Joseba es todo un anfitrión,muy amable y cercano,sin ninguna duda lo recomiendo y repetiría encantada.