Un lugar de ensueño. Encontrarás pocos sitios en la zona cuidados con tanto amor y tanto detalle. No hay más que ver las fotos, y se quedan cortas. Un lugar para relajarse, disfrutar de la naturaleza y volver a tu centro. La familia que gestiona esta casa rural es encantadora, muy hospitalaria y ofrecen múltiples servicios a sus huéspedes. Un lugar diferente en el que te sentirás como una niña en su castillo de telas.
Ana Lopez2 años atrás
100 % recomendable ¡¡¡¡¡ Con ganas de volver una y mil veces ¡¡¡¡ Me habían hablado mucho y bien de Cortiguera y de esta casa rural , he de decir que ahora entiendo porque . El pueblo una verdadera joya natural . La casa rural Talamo , lo mejor que conozco , es preciosa , todo impecablemente limpio, tan necesario en este tiempo, los dueños de la casa unos anfitriones perfectos, amables, educados y te ayudan en todas las dudas y orientan en rutas y excursiones por la zona.
Daco Garcia2 años atrás
Hemos pasado un fin de semana en Agosto y todo perfecto,. Los propietarios majisimos y muy atentos, las habitaciones increíbles. Todo muy limpio y los desayunos fabulosos preparados allí mismo. Sin duda volveremos a alojarnos en Casa Talamo.
Marta Camarero2 años atrás
Es uno de mis sitios favoritos. Descanso profundo, conexión con la Naturaleza y personas maravillosas que me acompañan en mi cuidado y desarrollo personal. Siempre vuelvo muy agradecida
Borja P2 años atrás
Un lugar mágico donde disfrutar al 100% de la naturaleza. El lugar es precioso, con unas vistas y unos paisajes increíbles. El río Ebro desde esta orilla se ve mucho mejor.
El trato es increíblemente bueno. Lo recomiendo.
Muchas gracias por todo.
Mundo Solar2 años atrás
Magnífica casa rural, estupenda la atención de sus dueños, un pueblo divino en reconstrucción con todas sus casas con sus paneles solares porque NO HAY ELECTRICIDAD NI ASFALTO EN EL PUEBLO, un entorno maravilloso y unos paseos cómodos y preciosos en pleno Parque Natural. ¡Volveremos muchas veces!
Zara Gonzalo2 años atrás
Un rincón en el paraíso. El pueblo de Cortiguera es un pueblo semi abandonado, con pocas casas habitadas. No hay bares, ni tiendas (la más cercana está a 5 kilómetros, en pesquera o a 45 minutos en coche en Villarcayo), ni asfalto, ni coches, ni electricidad. Pero todo esto le da el encanto a un pueblo único, de antiguas casas señoriales abandonadas comidas por la maleza, enclavado en medio de una ruta por los cañones del Ebro (un lugar perfecto para ver buitres, corzos y otros animales salvajes del bosque). Los niños pueden danzar por el pueblo sin peligro pues no hay coches. Estuvimos en la casita pequeña, el Talamillo, un matrimonio con dos niños pequeños. La casa se nutre de placas solares, por lo que tienes luz y agua caliente. La cama de matrimonio, amplia, muy cómoda, y los niños en un altillo con colchones en tatami. Una cocina de gas y nevera, hace que puedas gestionar tus comidas, aunque en la casa grande dan desayunos y cenas ecologico-veganas. Tiene una maravillosa chimenea de leña que calienta las 3 plantas de la casa pequeña. El baño tiene ducha con buena presión. La casita está decorada al detalle, con muy buen gusto, con todo lo que se pueda necesitar. No tiene tele, y la lavadora o horno están en la casa grande. Pero para pocos días, no se necesita nada de esto. Disponen de algún juego de mesa, bloques y libros para pequeños y grandes. El entorno es salvaje, en plena naturaleza, tranquilo, sin ruidos ni contaminación. Sentarte a escuchar al cuco, los pájaros, a los búhos por la noche, es estar en un rincón del paraíso. Los anfitriones, Dirk y Charo, son una pareja encantadora, que trasmiten una paz y calma inusual hoy en día. Tienen un amplio espacio para relajarse, con estanque con ranas, gallinas y dos perros, huerto y colmenas. Más que recomendable si buscas escapar de la ciudad. Sin duda, volveremos.
Cris Gahete2 años atrás
La mejor casa rural del país: todo cuidado al detalle, comida exquisita, trato personalizado y un entorno inmejorable. Hace años que repetimos y cada visita nos enamoran más. Un 10.
Un lugar diferente en el que te sentirás como una niña en su castillo de telas.
Me habían hablado mucho y bien de Cortiguera y de esta casa rural , he de decir que ahora entiendo porque .
El pueblo una verdadera joya natural .
La casa rural Talamo , lo mejor que conozco , es preciosa , todo impecablemente limpio, tan necesario en este tiempo, los dueños de la casa unos anfitriones perfectos, amables, educados y te ayudan en todas las dudas y orientan en rutas y excursiones por la zona.
Descanso profundo, conexión con la Naturaleza y personas maravillosas que me acompañan en mi cuidado y desarrollo personal.
Siempre vuelvo muy agradecida
El lugar es precioso, con unas vistas y unos paisajes increíbles.
El río Ebro desde esta orilla se ve mucho mejor.
El trato es increíblemente bueno.
Lo recomiendo.
Muchas gracias por todo.
¡Volveremos muchas veces!
El pueblo de Cortiguera es un pueblo semi abandonado, con pocas casas habitadas. No hay bares, ni tiendas (la más cercana está a 5 kilómetros, en pesquera o a 45 minutos en coche en Villarcayo), ni asfalto, ni coches, ni electricidad. Pero todo esto le da el encanto a un pueblo único, de antiguas casas señoriales abandonadas comidas por la maleza, enclavado en medio de una ruta por los cañones del Ebro (un lugar perfecto para ver buitres, corzos y otros animales salvajes del bosque). Los niños pueden danzar por el pueblo sin peligro pues no hay coches.
Estuvimos en la casita pequeña, el Talamillo, un matrimonio con dos niños pequeños. La casa se nutre de placas solares, por lo que tienes luz y agua caliente. La cama de matrimonio, amplia, muy cómoda, y los niños en un altillo con colchones en tatami. Una cocina de gas y nevera, hace que puedas gestionar tus comidas, aunque en la casa grande dan desayunos y cenas ecologico-veganas. Tiene una maravillosa chimenea de leña que calienta las 3 plantas de la casa pequeña. El baño tiene ducha con buena presión.
La casita está decorada al detalle, con muy buen gusto, con todo lo que se pueda necesitar. No tiene tele, y la lavadora o horno están en la casa grande. Pero para pocos días, no se necesita nada de esto. Disponen de algún juego de mesa, bloques y libros para pequeños y grandes.
El entorno es salvaje, en plena naturaleza, tranquilo, sin ruidos ni contaminación. Sentarte a escuchar al cuco, los pájaros, a los búhos por la noche, es estar en un rincón del paraíso.
Los anfitriones, Dirk y Charo, son una pareja encantadora, que trasmiten una paz y calma inusual hoy en día. Tienen un amplio espacio para relajarse, con estanque con ranas, gallinas y dos perros, huerto y colmenas.
Más que recomendable si buscas escapar de la ciudad. Sin duda, volveremos.