Posada Palacio De Manjabálago

Cogimos la habitación del jacuzzi. Cabíamos de sobra los dos en él.En la habitación tienes dos botellas de agua mineral. Para cenar,muy rica la pizza pues es casera y puedes elegir los ingredientes. Te ofrece la posibilidad de cenar en la habitación. El propietario muy amable y atento en todo, nos recomendó lugares para visitar. Buena relación calidad precio.

Fue una estancia fantasma. Teníamos una reserva pactada con el dueño desde abril confirmada por email, con unas condiciones y precio, que al llegar en nuestro viaje de agosto no se cumplieron. De 2 habitaciones juntas nos las puso en plantas separados y mucho más caras de lo reservado. No lo aceptamos y se negó a darnos una hoja de reclamaciones y la solución fue hay tienes la puerta. Nos tuvimos que buscar la vida y viajábamos con niños. Por mi experiencia personal no se lo recomiendo a nadie.

La habitación es espectacular con unas vistas increíbles te hace transportar a otra época. Alberto es muy simpático te cuenta historias del lugar y su atención es maravillosa. Es una pena que esté en pueblos casi deshabitados. Muy recomendable para parejas

Habitación enorme, nos alojamos en la antigua capilla del palacio. Muy limpio y con todo lo necesario, nos puso un cuenco para nuestro perro. Además de dos botellas de agua a modo de bienvenida. El desayuno buffet muy completo, sobre todo los huevos con bacon! La cena muy rica, pizza casera y la tapa de la receta de su abuela inmejorable!! Alberto más amable no podía ser, nos ha recomendado sitios contándonos un poco la historia de Ávila Todo un acierto. Nuestro perro ha estado genial y nos ha atendido muy bien. Gracias!!!

Excepcional hotel en un entorno muy tranquilo ideal para visitar la Sierra de Ávila.
La atención es inmejorable con una amabilidad poco corriente.
Maravillosas cenas de comida casera.
El patio es perfecto para tomar un vino o una copa si el tiempo lo permite

El personal es lo más amable y atento que hay. Muy cómodos y bien atendidos. Como estar en casa, vaya. Aunque fue una parada de improvisto entre otro viaje creo que volveremos en otra temporada incluso. Además súper tranquilo y con senderismo y posibilidades de viajar con tu mascota y que disfrute también de los alrededores. Recomendado.

Muy buena experiencia para desconectar en un logar distinto y apartado del ruido de la ciudad.

Lo mejor de todo es sin duda el dueño, su amabilidad y su cercanía hizo que nos sintiéramos como en casa. Además fue muy simpático con nuestro perrito y le había dejado preparado incluso un comedero y bebedero en la habitación.

Las habitaciones mantienen perfectamente ese aire medieval, están limpias y cómodas. Y sí, según indica alguien por aquí en su reseña, hay poca luz natural, pero desde luego yo no cambiaría nada porque es parte del encanto.

Tienen menú del día por 18€, para cenar pedimos una pizza y una botella de vino que nos trajeron a la habitación, junto con unos mantecados típicos del pueblo de parte de la casa. Otro detallito fueron las botellitas de agua sin coste extra por el calor, al llegar y a la hora de comer.

Me quedé con ganas de repetir en otro momento del año, ya que en verano está todo el campo seco y el calor limita la posibilidad de dar un paseo o hacer senderismo. En primavera con todo verde o en otoño / invierno en una habitación con chimenea tiene que estar también genial. Además están ampliando el local para habilitar también 3 habitaciones con patio propio, que para el perrito se agradecerá :)

Volvería seguro.

Es un lugar con encanto, si quieres disfrutar en familia o pareja es el lugar ideal. Alberto es una persona encantadora donde te da mucha información de la historia del lugar, te asesora de los lugares a visitar, Pamela cocina divino y es muy amable. Fuimos en familia éramos 7 y con la mascota y nos han hecho sentir muy bien. Es un lugar muy acogedor, con una gran historia detrás. Un lugar recomendado 100%. Volveremos, gracias por todo