Lopeandia Etxea en Irati

Si buscas un hospedaje auténtico este es tu sitio. Ubicado entre las dos entradas a la selva, entre Orbaiceta y Ochagavía, en una aldea tranquila en pleno valle de Azkoa, combina una casa milenaria con unas instalaciones recientemente reformadas, modernas, limpias y plenamente funcionales. Todo en la cocina está impecable. Su propietaria cuidará de ti y te hará sentir en casa. Es de esas personas que inspira confianza desde el primer momento. Además, sus recomendaciones son las mejores que podrán hacerte, conoce los rincones más bonitos, las sendas más auténticas y con mejores vistas… Y lo más importante: los mejores lugares para comer. Yendo de su parte haces amigos en todos sitios. Quedamos muy contentos con todo: calidad, precio y servicio. Y especialmente agradecidos a la amabilidad y comprensión que Blanca nos mostró en todo momento. Esperamos volver pronto a disfrutar de la Selva de Irati, es un lugar mágico.

Lugar especial, muy buena ubicación, estancias impecables, comodidad en la habitación y baño, la limpieza de la casa es superior al 10. El jardín es una delicia, hay silencio y buenas vistas. Desayuno tan completo y delicado que te sorprende.
Blanca ha sido un regalo en sí misma, si vas no la olvidarás, una suerte cruzarse en su camino. No lo dudes, si vas, querrás volver. Apoyemos lugares como este para que sigan adelante.

Una casa muy acogedora, tranquila y en un lugar muy bonito al lado de la selva Irati. Blanca es una gran anfitriona. Con ganas de volver. Gracias.

Con 5 estrellas no se puede valorar nuestra estancia. Hemos pasado el fin de semana del 5-7 de marzo y ha sido inolvidable. La casa es estupenda en todos los aspectos ya que cuenta con un auténtico museo de antigüedades y es muy acogedora. Hemos disfrutado
de la compañía y los consejos de blanca, la anfitriona, lo cual ha hecho todavía la estancia más familiar, y aunque hemos visitado bastantes cosas aún nos han quedado en el tintero varias, con lo que debemos volver a este paraíso.

El mejor sitio para ir a Navarra, y Blanca la mejor anfitriona que puedas tener. El lugar, ideal. Habitaciones grandes, calidas y limpias con todo lo necesario. Y la anfitriona, inmejorable. Una atención exquisita y cariñosa, te hace sentir mejor que en casa y siempre te ayuda y te informa para que puedas hacer las actividades que desees. Un placer, seguro que volveremos.

Espectacular, una casa con mucha historia en un lugar de montaña con sitios geniales para visitar.
La casa esta muy cuidada al detalle, habitaciones y espacios comunes amplios. Las camas supercomodas, todo muy limpio y preparado para el covid.
Tiene un museo en sus estancias con cosas antiguas antiguas del pueblo y de la familia precioso.
Blanca es muy amable y se preocupa micho por los inquilinos. Te explica bien como llegar a los sitios a visitar.
Un sitio para repetir

FABULOSO. Blanca hará que estés como en casa o mejor. Detallista y muy atenta con tus necesidades, además es una enciclopedia de recomendaciones de la zona. La casa preciosa, en una ubicación tranquila y cerca de todo. El desayuno buenísimo para comenzar el día con ganas. La limpieza inmejorable, tanto en habitaciones como en zonas comunes, que por cierto, son para deleitarse un rato con ellas. Recomendable 100%.
Gracias Blanca por acogernos tan bien, estamos deseando repetir.

La casa es maravillosa: las habitaciones (en amplitud, confort y limpieza), los baños (interiores en cada habitación con todo lo necesario), la cocina (con todos los electrodomésticos y el menaje necesario), la salita de estar, el jardín, etc. Da la sensación de tener la calidad muy por encima de un hotel de cinco estrellas. Pero falta constelación para calificar la atención, la disponibilidad, el cariño de Blanca, su propietaria. No solo te hace sentir en casa, sino que te hace sentirte de su familia, desde el respeto y la discreción enorme. Nuestra estancia familiar en su casa sé que va a resultar ya inolvidable para todos.