Castillo de Valdecorneja

Lo vimos por casualidad volviendo desde Extremadura. Está cerca de la carretera, así que paramos. Había muchas cigüeñas y disfrutamos con la vista. Solo vimos el castillo desde fuera, pero nos pareció una magnífica construcción

Castillo normalito, con buenas vistas y estructura, pero sin mucha historia ni nada a destacar. Se puede entrar dentro pero no tiene nada más que un patio vacío que se usa para un escenario de espectáculos. La parte exterior es más bonita y se puede rodear para dar yn paseo. Se puede aparcar abajo (huecos de sobra) y acceder por una cuesta corta pero empinada.

Dar un paseo alrededor del castillo merece la pena. Buenas vistas al río Tormes y al puente románico. Lástima que no se pueda visitar.
Por cierto a la autoridad que se le ocurrió poner un gran cartel justo en el lienzo de acceso al castillo habría que pegarle con sanción de empleo y sueldo. Mira que no hay otros lugares donde publicitar unas obras de restauración.

Castillo pequeño pero un enclave sobre el Río Tormes y el puente, que hace sea indispensable parar aunque sea para tirar unas fotos. El Castillo estaba cerrado y no pudimos visitarlo.

Agradable paseo por un entorno muy bonito y tranquilo.

A día de hoy no puede ser visitado porque está en fase de Restauración, pero se puede apreciar que está cuidado y con los entornos ajardinados. Es grato ver que algún propietario, tiempo ha, tuvo a bien abrir ventanas en sus muros. Aún puedes ver los orificios de barrotes en las piedras, incluso abrieron una geminada y puerta de acceso en la fachada fluvial. La historia silente nos mira con ojos impasibles, pero abiertos.

Creo que desde que tengo uso de razón ha sido uno de los Castillos que siempre me ha impresionado muchísimo. Recuerdo las actividades que en verano se realizan en su interior y me traslado a la época de mi niñez cuando veraneaba allí.
Es una preciosidad y se encuentra muy bien mantenido. La iluminación de la noche es excepcional y lo convierte en mucho más mágico de lo que es en realidad.

Está abierto, al menos siempre que he pasado por allí (por la noche cierra, salvo actividades) y aunque su interior no es tan impresionante como el exterior, merece la pena asomarse por dentro. Es gratis!

El entorno amurallado es magnífico para pasearlo. Está muy bien pavimentado. Se puede ir con silla de bebé sin problemas. La puesta de sol es muy bonita desde allí arriba. Aunque cabe remarcar que hay una vista impresionante desde el puente romano, adjunto alguna foto, aunque no se aprecia lo que es realmente.

El Barco de Ávila es un pueblo con muchísimo encanto, así como su gente, que es muy cercana y agradable. No es porque “sea casi de allí”, pero tantos años allí vividos lo hacen un poco tuyo, o te hacen un poco de él.

Bonito castillo en un marco natural incomparable. En un cerro y a sus pies el rio Tormes. Hay un bonito paseo que bordea su perímetro y un mirador que contempla el paso del tormes por la localidad. Se puede dejar el coche fácilmente en la zona.