Es una ermita muy sencilla. Y si, se puede aparcar al lado. Hay un pequeño camino que va paralelo a la carretera. Se puede aparcar y pueden pasar coches por al lado, tampoco va haber caravanas para ver la ermita, así que sitio hay. El acceso, el típico, un pequeño escalón con un poco de grava, que diferencia entre carretera y acceso a un camino que con el tiempo se deteriora.
Se construyó a finales del siglo XVII por iniciativa del hermano Bernardo de Santa María.
A principios del siglo XIX, en 1804, Miguel Cólera llevó a cabo en ella una profunda reforma, sobre ella informa Santiago Vidiella (1926), precisando que en ella trabajó Miguel Cólera a los seseta y seis años, pero lo hizo con repugnancia, porque se le obligó, contra los fueros del arte, a disminuir la longitud de la traza, estorbando las proporciones del edificio.
C.V.P2 años atrás
La ermita en sí es pequeñita y los alrededores no tienen ninguna gracia, el acceso aunque esté al lado de la carretera es malo, ni puedes aparcar ni nada
Y si, se puede aparcar al lado. Hay un pequeño camino que va paralelo a la carretera. Se puede aparcar y pueden pasar coches por al lado, tampoco va haber caravanas para ver la ermita, así que sitio hay. El acceso, el típico, un pequeño escalón con un poco de grava, que diferencia entre carretera y acceso a un camino que con el tiempo se deteriora.
Se construyó a finales del siglo XVII por iniciativa del hermano Bernardo de Santa María.
A principios del siglo XIX, en 1804, Miguel Cólera llevó a cabo en ella una profunda reforma, sobre ella informa Santiago Vidiella (1926), precisando que en ella trabajó Miguel Cólera a los seseta y seis años, pero lo hizo con repugnancia, porque se le obligó, contra los fueros del arte, a disminuir la longitud de la traza, estorbando las proporciones del edificio.