Se trata de una de las torres bajomedievales más altas de Cántabria, y la única que queda en pie de las tres que poseía la familia Bustamante, siendo las otras dos derruidas en el siglo XVIII por amenazar ruina. El estilo de esta construcción parece una supervivencia de la villa o dominicum visigodo, que tenía un doble carácter agrícola y militar, y es a su vez origen de un tipo de edificio señorial montañés que se perpetúa y llega casi hasta nuestros días, en el que la torre, perdiendo su función defensiva, pasa a ser un elemento simbólico y pintoresco de la vivienda.
La iglesia parroquial de San Pablo se encuentra inmediata a la torre. La fábrica de parte del muro norte tiene un origen tardorrománico del que son buena muestra los canecillos figurados que allí encontramos. Se vio básicamente reformada en el siglo XVI y aún en el XVIII. En el interior guardan interés un sarcófago bajo arcosolium con escudetes y una pila bautismal de raigambre románica.
La iglesia parroquial de San Pablo se encuentra inmediata a la torre. La fábrica de parte del muro norte tiene un origen tardorrománico del que son buena muestra los canecillos figurados que allí encontramos. Se vio básicamente reformada en el siglo XVI y aún en el XVIII. En el interior guardan interés un sarcófago bajo arcosolium con escudetes y una pila bautismal de raigambre románica.