Iglesia de Santa María de Lebeña

No se puede dejar de visitar la pequeña Iglesia de Santa María de Lebeña, del siglo X (entrada 2 euros) y con gran influencia musulmana. Posee un retablo barroco precioso y es paso obligado para los peregrinos que van hacia Santo Toribio, el final del Camino Lebaniego. Es mínima, delicada y hay una breve charla para ubicar al visitante. No se pude creer que siendo tan antigua todavía esté en pie.

Bonita y recogida, importante en su simplicidad. El entorno precioso y muy verde. La guía del lugar, María Luisa, nos contó muchas cosas y nos hizo la visita muy amena. Para ver la iglesia por dentro hay que pagar dos euros, que van para conservarla y pagar a los guías, qué menos!

Este pequeño santuario me encantó. Ya de por sí la entrada a su emplazamiento es curiosa, con unos mazizos de flores que cuidan las personas que viven allí. La iglesia es un joya del Románico, un lugar imprescible por su valor arquitectónico y paso de peregrinación. La guía en nuestro caso fue Lucía, una chica joven, pero con muchas ganas de dar a conocer la belleza de la zona, un encanto de chica.

Maravillosa iglesia prerrománica (mozárabe) muy bien conservada y con el añadido de la torre que no desentona en nada con el conjunto, pareciendo una parte más de la iglesia original. Explicación amena y concienzuda por parte de la guía, y entorno magnífico

Impresionante estar dentro de lo qué guardan ésas paredes..así,cómo las explicaciones qué en la misma te dan. Merece la pena visitar y empaparse de ésta fuente de cultura. Sobresaliente a la señorita qué las da!! Mejor no hacer spoiler y visitar

Santa María de Lebeña, la gran joya encontrada en la aldea de Lebeña, en el tramo del Camino Lebaniego entre Cicera y Cabañes.
Es uno de los mejores testimonios del arte prerrománico en España, encuadrado dentro del denominado «arte de repoblación» o «mozárabe». Datada su construcción en el año 925 d.C., fue declararlo como Monumento Nacional el 27 de marzo de 1893.

Me ha encantado, es una iglesia muy chiquitita... de la que entre pensé que no merecía la pena pagar por verla. Sin embargo, la historia que guarda tras esas paredes y la persona encargada de explicarlas hizo que me gustara mucho. Recomiendo visitarla si se está por la zona...

Siempre que la visito, me gusta mas. Hay que llevar dos euros para pagar la visita guiada, porque merece mucho la pena