La iglesia es sencilla pero hermosa. Se trata de un edificio elegante, con sólidos pilares, de dos naves, cuyas trazas más antiguas datan de S. XVI. Sufrió importantes obras de mejora a mediados del S. XIX. Posee dos puertas neoclásicas: la más antigua, al norte, actualmente se abre al cementerio. La que da entrada a la iglesia se adorna con un vítor en recuerdo de las hazañas del Cura Merino. En su interior se alberga una pila bautismal románica y diferentes retablos. La iglesia está dedicada a S. Vitores, santo burgalés que murió decapitado. Precisamente en su recuerdo se conserva una vieja morera junto a la iglesia de más de 500 años de antigüedad. Según la tradición, la morera es el símbolo de la sangre derramada por S. Vitores.
