El primer documento escrito que hace referencia a esta bellisima localidad de la provincia de Burgos, a orillas del río Úrbel, data de 1029. Durante la Alta Edad Media fue capital de uno de los pequeños alfoces en que se organizó la primitiva Castilla. Bien merece un largo paseo por sus tranquilas, entrañables y acogedores calles, disfrutando de la arquitectura civil y la etnografía propias de la comarca, si bien su edificio más destacado en el templo de Santa María La Mayor, en el merece especialmente la pena disfrutar de su ábside románico. Sin ninguna duda, una de las joyas de la comarca. Para cerrar una estupenda seria estupendo un paseo por el cauce del río Úrbel y... ¿por qué no? hasta la cumbre de la gran roca que da nombre a la localidad y que parece coronarla.
Durante la Alta Edad Media fue capital de uno de los pequeños alfoces en que se organizó la primitiva Castilla.
Bien merece un largo paseo por sus tranquilas, entrañables y acogedores calles, disfrutando de la arquitectura civil y la etnografía propias de la comarca, si bien su edificio más destacado en el templo de Santa María La Mayor, en el merece especialmente la pena disfrutar de su ábside románico. Sin ninguna duda, una de las joyas de la comarca.
Para cerrar una estupenda seria estupendo un paseo por el cauce del río Úrbel y... ¿por qué no? hasta la cumbre de la gran roca que da nombre a la localidad y que parece coronarla.