Hotel Rural Altogredos

Paramos a comer, el arroz caldoso, aunque estaba rico, es bastante escaso y no vale el precio que se paga. El postre muy pobre y caro. Una pena. Queda marcado como un lugar para no repetir. Por un arroz de un plato y un postre para dos personas, una factura de más de 40 euros. Decir también que el camarero parece que tiene pocas ganas de trabajar ... O pocas o ninguna, porque cada vez que le pedías algo, te decía que se lo pidieras poco a poco .... La camarera es más simpática.

Para descansar después de unas rutas a caballo, senderismo, turismo rural, está muy bien. Las habitaciones no aíslan del todo. En noche las vistas son espectaculares. La habitación estaba limpia. El personal correcto y muy amable

La habitación y el baño están bien.Limpieza de 10.Personal muy atento.A un paso de la zona recreativa de pinos cimeros ,piscina natural y chorreras. En el restaurante se come muy bien. Sin duda repetiremos...

Comprendo que es un 22 de agosto y sábado, pero solo queríamos tomar algo al mediodia, y no habia opción.
Todas las mesas reservadas para comer y si atención en la barra.
Ni siquiera ir con una persona minusválida sirvió.
I

Solo puedo hablar muy bien de mi estancia.
Gente encantadora y cercana.
Situado muy cerca de la plataforma de la Sierra de Gredos.
Las habitaciones estan bien.
Cene y desayune alli, todo muy bien. El entrecot estaba delicioso.
Cuando vuelva a la Sierra de Gredos volvere a alojarme alli de nuevo.
Le doy un 10

Hemos comido allí y la verdad, muy mal, raciones escasas y mal preparadas, las revolconas, de pena, las hamburguesas crudas y las migas.....nada buenas, lo único que se ha salvado los judiones que estaban buenos.
Nada recomendable.

La comida rica sin mas, pero muy escasa para el precio que tiene, la atencion...casi tienes que pedir perdon al chico por pedirle un cafe despues del postre...recomiendo ir al restaurante La Galana , al otro lado de la carretera.

Les agradecemos que nos dieran de comer a las 4 de la tarde pero la comida es más bien normalita. Después de una ruta por montaña te comes lo que te pongan, las patatas del pollo a la brasa eran de bolsa, al igual que las rabas y los postres no son caseros. Nos dijeron que no les había dado tiempo a hacerlos así que nos ofrecieron una cuajada y unas natillas de polvos. La camarera fue muy amable pero eso no es suficiente si tienes un negocio en un sitio como este. Y tenían unos gatos que andaban entre las mesas todo el rato. La verdad, es una pena pero no volveremos.