El pasado mes de mayo tuvimos la desgracia de necesitar hacer uso de este tanatorio, y la verdad es que la experiencia no fue nada agradable. El tanatorio está alejado del casco urbano, y no tiene cafetería (lo que entiendo dado que tampoco veo viabilidad), pero es que a nadie se le ha ocurrido poner cuatro máquinas para poder beber agua o tomar un café, obligando a la gente a coger su coche, ir a algún bar y traer esas bebidas a los familiares de la persona fallecida. El trato del personal fue manifiestamente mejorable por varios motivos: 1. La trabajadora que estuvo toda la tarde en el velatorio se dedicó a acosar a todos los asistentes al velatorio obligando a ponerse la mascarilla, aún cuando no era obligatorio su uso (15 y 16 de mayo, podéis comprobarlo) e incluso cuando alguien se la bajaba para beber agua, viuda incluida. 2. A esa misma trabajadora tuvimos que pedirle que encendiera las luces cuando se fue la luz del sol, dado que no le surgió de motu propio. 3. Intentaron que el domingo abriesemos velatorio a las 11.00 de la mañana en lugar de a las 10.00, cómo se indicaba que era el horario y como deseaba la viuda, teniendo que "pelear" ese detalle. Se trata de una instalación que uno no elige utilizar, y de la que por desgracia supongo volveré a hacer uso. He tardado tres meses en escribir esta reseña porque de veras mi intención es que se arreglen esos pequeños detalles, tan importantes en momentos delicados, y no verter una queja visceral que sirviera únicamente de desahogo. Espero, sinceramente, que se mejore este servicio.
El tanatorio está alejado del casco urbano, y no tiene cafetería (lo que entiendo dado que tampoco veo viabilidad), pero es que a nadie se le ha ocurrido poner cuatro máquinas para poder beber agua o tomar un café, obligando a la gente a coger su coche, ir a algún bar y traer esas bebidas a los familiares de la persona fallecida.
El trato del personal fue manifiestamente mejorable por varios motivos:
1. La trabajadora que estuvo toda la tarde en el velatorio se dedicó a acosar a todos los asistentes al velatorio obligando a ponerse la mascarilla, aún cuando no era obligatorio su uso (15 y 16 de mayo, podéis comprobarlo) e incluso cuando alguien se la bajaba para beber agua, viuda incluida.
2. A esa misma trabajadora tuvimos que pedirle que encendiera las luces cuando se fue la luz del sol, dado que no le surgió de motu propio.
3. Intentaron que el domingo abriesemos velatorio a las 11.00 de la mañana en lugar de a las 10.00, cómo se indicaba que era el horario y como deseaba la viuda, teniendo que "pelear" ese detalle.
Se trata de una instalación que uno no elige utilizar, y de la que por desgracia supongo volveré a hacer uso. He tardado tres meses en escribir esta reseña porque de veras mi intención es que se arreglen esos pequeños detalles, tan importantes en momentos delicados, y no verter una queja visceral que sirviera únicamente de desahogo.
Espero, sinceramente, que se mejore este servicio.