Hotel Almirez - Alpujarra

Me ha gustado bastante, muy limpio a pesar de que las habitaciones no sean muy modernas. El restaurante muy bueno por calidad y precio. Y la ubicación estupenda para hacer rutas y excursiones. Yo lo recomiendo.

Hemos almorzado pidiendo platos al centro para compartir, hemos estado 6 en la mesa, y hemos probado platos muy diferentes, todos muy ricos, destacando las empanadillas de calamar, el revuelto de morcilla con manzana y cebolla caramelizada, y el abanico de ibérico. El risotto para mi gusto con un punto de más en la sal, el ambiente en la terraza muy agradable, y el personal que nos ha atendido, muy profesional, atento y amable. la relación calidad precio muy buena.

Este hotel es sencillo, sin lujos comerciales, gestionado por una familia con trabajo y mucha profesionalidad, servicio impecable ubicado en el corazón de la Alpujarra Almeriense, el restaurante es algo especial, esta gestionado por el dueño, Luis es un chef con garantías, buena oportunidad para disfrutar de alguna comida o cena de alta exigencia gastronómica, en un paraje excepcional a precios terrenales.
Sorpresa agradable para mi mujer y para mi
lo recordaremos como un de los momentos que merece la pena recordar.

Solo fuimos a cenar al restaurante. Hay que ir con paciencia. Tardaron muchísimo y pedimos cosas sencillas y solo había 4 mesas. Nos decepciono la comida. Esperaba más calidad . Muy caro para lo que ofrecen. No repetiremos. No merece la pena

Hotel muy bien cuidado, con muchos detalles, entorno precioso y muy tranquilo, habitaciones limpias con terraza y vistas. El trato de todos genial y el restaurante también nos ha encantado todo delicioso, un descubrimiento, ideal para familias, volveremos !

Un hôtel con el encanto de sus dueños atentos a cualquier necesidad o sugerencia y con un magnífico restaurante, Matices, en el que disfrutar de las manos de Luis, propietario del hotel y chef en los fogones, y servido por Alberto con gran atención y profesionalidad. Platos sorprendentes con gran calidad y presentación. Hemos repetido. Tranquilidad en el hotel, buena atención y buen descanso después de un día de disfrutar de la naturaleza caminando a lo largo del río Andarax y de una magnífica visita a la bodega del Cortijo del cura.

Hay que tener paciencia, tiempo y ser relajado...
Las habitaciones muy sencillas, con la calefacción baja, tirando a que hace frio...
La cena es cara para lo ofrecido... el desayuno es aceptable.

Habitaciones amplias y luminosas, muy buena limpieza.Excelente terraza con vistas a la sierra. Buena ubicación muy cerca del pueblo . Cocina casera y buen servicio