Hotel la Isla

El personal es amable, pero están un poco verdes en la forma de llevar el hotel. Se nota que no son profesionales del ramo.
Deben mejorar mucho, porque además los precios que cobran por la estancia no es nada barata

Reservamos habitación para 5 noches. Nunca jamás estuve en un hotel tan angosto, con tan mal olor, con humedad y moho en las paredes, un baño estrecho en el que no se cabía, y lo peor, mogollón de pelos en las sábanas limpias...fue una decepción total...afortunadamente, nos devolvieron el dinero y nos marchamos...aunque desesperados pues no teníamos donnde dormir. No volveríamos jamás

No estuvimos alojados en el hotel pero fuimos a comer. Unos chorizos criollos rellenos de queso acompañados de ensalada de tomate con AOVE riquísimos. Una pizza casera con masa de panaderia muy bien lograda, albariño, galletas de nata caseras acompañando el café, y un trato más que agradable por parte de Maite y Susana. No tendrán mucha experiencia pero ponen mucho cariño en lo que hacen. Volveremos sin duda.

No somos usuarios del hotel, pero sí lo fuimos del restaurante; estábamos en autocaravana en el parking habilitado a la entrada de La Isla; el sábado estuvimos tomando algo con unos amigos y nos trataron tan bien y fueron tan amables, que el domingo comimos y cenamos allí. Todo riquísimo, los trabajadores super amables, rápidos, atentos...un placer!!

Hotel bonito, con un trato familiar, que ponen de su parte para que te encuentres bien.
La ubicación muy cercana a la playa, con un pequeño paseo estas en ella.

Encantados, personal muy atentos y simpáticos, estábamos súper cómodos y a gusto. Vacaciones ideales en este hotel. Súper recomendado.

Las habitaciones son enormes y cómodas. La limpieza extraordinaria y el trato con el personal inmejorable. Preparan unas pizzas riquísimas. La ubicación es muy buena cerca de la playa y tiene fácil acceso desde la carretera. Nos aconsejaron una excursión que nos encantó. En fin , nos sentimos como en casa. Volveremos

Hemos parado para almorzar, si bien nos tuvieron esperando más de media hora por la comida, es justo decir que mereció la pena. Pedimos pastel de centollo, picadillo de jabalí con patatas y chorizo criollo relleno de queso. No dejamos ni las migas. Estaba todo buenísimo, el picadillo espectacular. Por cierto las patatas son de verdad no de esa congeladas que quedan tiesas.
Para cenar encargamos una tortilla de patata(las hacen por encargo), riquísima, y tomamos natillas de manzana de postre. Merece la pena que paséis por aquí, solo tened paciencia.
Volveremos