Hotel La Raposera

El hotel es precioso, con una ubicación y vistas excelentes. Además está decorado fenomenal, y los desayunos que prepara Inés están riquísimos. Muy recomendable!

Un lugar tranquilo y precioso, donde encontrar paz , excelente trato por parte de Inés , la propietaria, el hotel muy muy acogedir e impoluto, situado en un sitio inmejorsble xon unas vistas estupendas

Es un hotel pequeño con mucho encanto, muy cuidado y se nota el esmero de la mano de su dueña en la decoración, en los pequeños detalles y en la atención personalizada. Sitio tranquilo que invita al sosiego, a disfrutar de los paseos, del mar que está muy cerca y también de la montaña.
Tiene un jardín muy amplio con mesas y sillas para estar tranquilamente.
El desayuno es una gozada , en un salón amplio, luminoso con vistas al jardín.
Nos lo apuntamos en nuestra lista de hoteles bonitos a los que estamos deseando volver.

El ambiente, la decoración, los detalles, los muebles, los colores… todo me ha parecido exquisito.

Es un hotel boutique para disfrutar al mínimo detalle. Incluso las llaves son bonitas. Es una casa indiana reformada, respetando su estructura original y detalles. Tiene vistas al mar, vistas a la montaña, vistas al jardín (muy buen cuidado).

La dueña, Inés, es una persona con don de gentes, muy agradable y atenta. Conversar con ella ha sido muy enriquecedor. El servicio con el que cuenta es excelente.

La limpieza 10 de 10.

Las habitaciones son amplias, espaciosas, luminosas, con muebles muy bonitos y todo está muy cuidado. No escatiman en calefacción para los días fríos y la ropa de cama es agradable. Es un hotel muy silencioso y con ambiente de paz.

Muy detallistas y con buen gusto en los elementos del baño, orgánicos y naturales: champú, leche corporal, gel de baño. Productos respetuosos con el cuerpo y el medio ambiente.

Los desayunos son copiosos, y lo mejor, muy sanos. Inés prepara bizcochos y tartas, y hace unas mermeladas muy sabrosas. Es muy agradable estar en la habitación y que el aroma a bizcocho te haga desear estar en el comedor.

Cuenta con un bonito jardín y un parking dentro de la finca.

Hay restaurantes y bares cerca. Además, el propio hotel cuenta con una lista de restaurantes y bares recomendados de la zona y su carta de bebidas.

Un sitio fantástico para unos días de desconexión. El trato de Inés, inmejorable. El hotel una preciosidad en un enclave único, con todos los detalles muy cuidados. Opciones de desayuno sin gluten para celiacos. Sin duda muy recomendable!

Un lugar para hospedarse espectacular, el trato por parte de la anfitriona inmejorable, volveremos

Si buscas tranquilidad en un entorno natural inigualable aquí lo tienes. El hotel está puesto con mucho gusto, las habitaciones amplias y bien equipadas. Todo realmente limpio. Inés muy atenta a cualquier necesidad y encantadora. Los desayunos de 10 ( y servidos en la mesa, que eso ahora en estos tiempos de agradece).
Recomendable si lugar a dudas. De esos sitios que según llegas ya estás pensando cuando vas a volver

Preciosa casa de indianos con una impresionante fachada de azulejo aguamarina, rehabilitada con mimo por los propietarios, de quienes fue su casa familiar. Habitaciones amplias con decoración cuidada y relajante, con relajantes vistas al amplio jardín lleno de frutales y al horizonte de mar. Excelente desayuno con productos de calidad que se sirve en el pabellón de cristal adosado en la planta baja, con vistas al dosel verde del jardín. Trato muy amable y acogedor, nos sentimos como en casa en medio de un paisaje realmente bello. Una gran opción para explorar la costa desde un lugar que ofrece reposo, silencio y belleza para todos los sentidos.