Parador de Argómaniz

Un Parador de diez. Habitaciones amplias, cómodas, silenciosas y con unas vistas increíbles.
La cocina tiene un nivel de calidad excelente que hará que disfrutes de todo aquello que pruebes. El servicio en general se desvive para que tu estancia sea única y el encargado de que todo funcione bien, Daniel, hará todo lo que esté en sus manos ( y más) para que te encuentres lo más cómodo posible, haciendo que tu paso por él sea una experiencia inolvidable.

Buen parador con buena gastronomía... he comido en unos cuantos y este destaca por la calidad de los productos y su buena elaboración en un muy bonito comedor. Tiene una terraza estupenda donde puedes probar tapas o comer algo más informal.

Hemos tenido un comida familiar, con dos niños de 6 y 3 años.
Y la verdad ha sido estupendo,
buena comida, para mi perfecta, pero algún mayor ha dicho que un poco justa de cantidad.
Los menús de los niños muy bien
de todo y servicio estupendo.
¡ qué decir del sitio, perfecto y con unas vistas excepcionales.
La verdad muy bien, aconsejo que probeis porque merece la pena.
Hemos repartido los regalos de Olentzero y sin ningún problema a pesar de que niños y mayores hemos hecho un poco más de ruido.
Supongo que pasar una noche en el hotel y por ejemplo cenar, tiene que resultar estupendo.
Doy las gracias por lo bien que nos han atendido y lo bien que hemos comido. Relación calidad precio,
muy bien, si añaden un poco más de cantidad, para que sea un menú perfecto. Enhorabuena.

Un buen lugar para descansar en el viaje. Excelente comida. Como todos los Paradores Nacionales de España, un ejemplo de buen hacer y profesionalidad. Desentona un anuncio de actividades ciclistas pintado, sin ningún gusto, en la puerta de entrada.

Las habitaciones necesitan una pequeña reforma/modernización, mi habitacion superior tenía cama supletoria sin pedirla, además un gran agujero en el techo, apenas se veía, las luces son escasas y no alumbran.

Por lo demás la gastronomía y el lugar, bien merecen una visita, el jardín con su terraza de bar es precioso y el hotel en general también

Parador diferente mezcla de lo antiguo y lo moderno .
Atención ,Restaurante y limpieza de 10 con unas habitaciones muy amplias y bonitas vistas.
Un entorno para pasear y disfrutar

Una estancia de dos noches maravillosas. Situado en un pueblecito a 15 minutos de Vitoria, un parador muy tranquilo, con un desayuno de lo más variado que nos hemos encontrado en la cadena, una amplia oferta gastronómica que incluye dos menús basados en platos regionales y una atención y servicio extraordinario. Javier, en recepción, nos ayudó muchísimo a completar las escapadas por la provincia sacando todo su arsenal de folletos y conocimientos; David, en restaurante, muy agradable y servicial. Hay otros miembros del personal que también se han portado muy bien con nosotros pero no recuerdo sus nombres. A todos ellos, muchísimas gracias.

Me encanta, por el entorno, el edificio, su zona acristalada con vistas al jardin y la zona de sofas para tomar algo especial con tu pareja. Desayunos completos y de calidad. Comidas excelentes tanto en en la calidad de los platos como en el servicio, el comedor es otro de los rincones maravillosos de este lugar (en cuanto a los platos, recomiendo el pastel de setas,cordero asado, el bacalado club ranero y el biscuit de avellanas). Habitaciones amplias. Sitio privilegiado con preciosas vistas desde las habitaciones y el jardin o parking. El personal se esfuerza por los detalles. Siempre que podemos nos escapamos a este lugar.