Hostal Ceres

Avisamos sobre la marcha que llegábamos a comer. En el comedor nos estaban esperando y la señora fue todo amabilidad con nosotros.
La comida casera y buena calidad precio. No nos defraudó, la verdad. Repetiremos en un una futura escala. Recomendable si tienes hambre y quieres comer en condiciones, sin grandes pretensiones.

Estuvimos comiendo. Un menú demasiado simple. Los platos cocinados sin más, sin ninguna gracia. Te lo traen en un carro de plástico, ni siquiera de acero inoxidable. Con café salimos a 15 por persona. La relación calidad precio: un poco caro. Para llenar el buche, sin más.

Comida tradicional, menús sabrosos, contundentes, no te quedas con hambre, lo de siempre. A veces hay q volver al pasado. Y recuperar sabores y comidas simplemente normales, las de toda la vida. Otra opción a las áreas de servicio df las autovías.

Servicio deficiente, la comida pasable, pero no al precio de14€.

Ensaladilla sosa y albóndigas algo secas.

Ningún postre casero.

Instalaciones estropeadas, manteles sucios y viejos.

Un sitio super agradable para tomar el vermouth a la hora de comer o la cena. Tienen un comedor muy amplio y la comida es de buena calidad. A destacar el rabo de toro, la sepia, los calamares. Siempre te ponen tapa con cada consumición, hoy han tocado tigres, muy ricos.

No me quisieron devolver el dinero q había adelantado por reservar el fin de semana cuando no llegue ni a entrar en la habitación y avisando a la hora de haber pagado ( cinco de la tarde) q cancelaba la reserva.Hotel viejísimo, mal olor, sucio.

Hemos pedido un bocata puesto que solo tenían tortilla de pintxo, y sorpresa lomo solo 4'50 el bocata, bueno bocata era un pintxo.

Buena, el bar es enteramente de madera y forja. Las lámparas de forja. Arcos cuadrados de madera que están antes de la mesa de sentarse a tomar un aperitivo.
El baño muy bien, sin grandes prestaciones, pero muy limpio.
En el comedor no era hora de entrar, será otro día cuando lo visite.
Amplia pizarra de tapas y raciones ricas a muy buen precio.
Yo me senté en la terraza que hay cubierta y al aire libre, en la plaza de Magaz y tenía a la espalda el ayuntamiento y a la izquierda el estanco.
Muy económico. Merece la pena ir.