HOTEL-RESTAURANTE TIERMES

Las habitaciones estaban sucias, el baño lleno de pelos, las sabanas con manchas amarillas… de película de terror. Es verdad que nos cambiaron las habitaciones, pero seguían sin tener una higiene aceptable. Había una costra de suciedad debajo de la cama con la que podías adivinar hace cuánto no aparecía una aspiradora por allí…El servicio de desayuno fue extremadamente lento, no se si por nuestras quejas la noche anterior.. un precio de 76€ noche es inaceptable para lo que te encuentras allí, un pena. No volveremos más.

Hacia algunos años que no pasábamos por la venta de Manolo, el responsable de este pequeño restaurante, el hotel y también, y no menos importante, de recuperar las antiguas ruinas romanas de Tiermes. Como siempre disfrutamos de un maravilloso cordero acompañado de unos necesarios torreznos y unas alubias como entrantes. La calidad de la cocina y la humildad con la que están hechos los platos hace disfrutar a cualquiera, así como el contexto en el que se encuentra: el maravilloso paisaje que rodea las antiguas ruinas y la propia arquitectura de la venta.

La nueva arquitectura que da soporte al hotel se apoya y se yuxtapone a lo que fue en sus inicios fue una modesta construcción de carácter vernáculo y de autenticidad soriana. Todo ello respetando al máximo los códigos y el lenguaje de la arquitectura tradicional, haciendo notable su calidad aunque se vea, por otra parte, perturbada por la impertinente presencia de unas pistas de tenis innecesarias.

Conozco el lugar desde hace más de 25 años. No soy de reseñas y, de hecho, hasta hoy después de tanto tiempo, no había puesto ninguna. Simplemente quiero decir que para mí es el lugar más mágico que haya conocido y que tuve el honor de ser la reina de un pleniluo y que gracias a Manolo primero y después a su familia, he sido y seguiré siendo, muy feliz en su casa, que la considero como mía. MUCHAS GRACIAS por todo!!! No os lo perdáis! No todos los lugares tienen la calidad humana, el amor, la paz y calma que se respira junto a Manolo y todo su equipo. Un enclave super especial!!!

Fuimos a tomar una cerveza y torreznos después de ver el yacimiento.
El servicio fue bastante bueno, pero la verdad los torreznos han sido de los peores que he probado jamás, llevaban hechos por lo menos un día y lo recalentarom horas antes, por desgracia demasiado seco. Son pequeños.
La cerveza no estaba mal de precio.

En nuestro caso solo estuvimos en el restaurante tras haber visitado el yacimiento arqueológico.

Unas jarras de cerveza fresquísimas. La comida muy rica (especialmente el salmón ahumado, que hacen allí mismo, y los torreznos). Además, el camarero canario muy majo.

Bonito hotel rural y grande en medio del campo a unos 5 minutos de un pueblo en coche.
Muy bien acpndicionado y la calefaccion de noche puesta, habitac y baño majo, television pequeña. Limpio
El restaurante acogedor y majo, servicio lento son asi, buena cocina pero de restaurante, precio mas bien alto, amables pero u poco secos.

Últimamente tienen abierta sólo la terraza y la zona de bar- restaurante interior para comer.
En esta zona hay que resaltar que es sorprendente tener que estar soportando montones de moscas mientras está uno comiendo. Aunque lo peor es la respuesta que ellos dan a este problema, sencillamente que las moscas son también de temporada, en vez de ponerle remedio. Una pena porque llevaba años yendo.

la cena con 8 amigos...carísima, muy mala, le dijimos que dos de los platos no se podían comer y no se molestó en ofrecer algo para no quedarnos con hambre, pero cobrar si los cobró, los camareros no eran profesionales, estaban más perdidos los chavales...lo único bueno fue las habitaciones bonitas pero un poco sucias.