Hotel-Restaurante Venta De Corpes

Nos alojamos allí por nuestra ruta cicloturista del camino del Cid. La dueña, muy amable, nos preparó una cena muy rica. Y el encargado del bar y del hostal, muy simpático, nos acompañó a dar un paseito nocturno. Además, en el pueblo, un paisano nos hizo de guía...ojalá el destino nos lleve de nuevo a ese lugar...

Bar con encanto y bien situado. Camareros amables y dispuestos. Muy recomendable.

Estuvimos en el restaurante comiendo cocido castellano.....una experiencia inolvidable, super recomendado

Fuimos en septiembre de este año y la verdad es que salimos bastante decepcionados. Entre sentarnos y recibir la carta pasaron 50 minutos; entre recibir la carta y pedir pasó otra media hora, y entre pedir y recibir, pasó otra hora entera.

Lo más curioso de todo fue que no había muchos otros comensales en el lugar, pero no había manera de conseguir la atención de ningún trabajador para absolutamente nada…

La verdad es que en otras condiciones nos habría gustado mucho el lugar (la comida estaba muy rica, sobretodo la carne), pero aquel día, sea la razón que fuere, nos sentimos muy poco cuidados.

Una maravilla en un pueblo tan pequeño!! Comimos el cocido y la verdad que comes muy bien!!! Y lo mejor de todo es la cabalgata de chupitos que te ponen durante el postre!! El menú nos salió por 35 €pero vale la pena ya que se genera un ambiente increíble entre los camareros y la gente de otras mesas! Los camareros tanto él como ella fueron super educados pero tenían un toque informal que hacía que te aconejaran de forma perfecta a la hora de comer y beber!! Volveremos

Me pare en el bar de la otra esquina para tomar algo (bocadillo sandwich... Unas cervezas), iba haciendo el camino del cid con la bicicleta, estaba agotado y se ve que tienen el bar como reclamo del meson. Lo 1º que hicieron fue sacarme la carta del meson, 9 € lo mas barato, una ensalada. Cuando lo vi le dije que no entraba en mi presupuesto y me marche. Me dijo que me podia preparar una ensalada...

Nos salvaron, ya que eran casi las 5 de la tarde y no encontrábamos ningún sitio donde todavía diesen de comer a esas horas. Además, estaba todo riquísimo (mención especial para el rabo de toro). Nos ofrecieron un vino de allí (Ribera del Duero) muy bueno. Después del postre nos invitaron a un licor casero que estaba de vicio. Se les ve una familia muy trabajadora. Gracias, sobretodo a la camarera, una chica de Aranda que nos atendió con mucho cariño.

comida de 10, cocido de 2 sopas y luego sorpresa… carne en abundancia. después de eso postres caseros y chupitos a tutiplen… una locura !!!! lo pasamos en grande, súper recomendado